La sesión se desarrolló durante cuatro horas, con anécdotas personales y discursos en los que se destacó la figura del Sumo Pontífice recién fallecido. Santiago Cafiero expresó: “Le quiero pedir perdón a Francisco porque no supimos construir el puente que lo traiga de vuelta a su tierra. Tuvimos una enorme cantidad de años y no lo supimos hacer”.
BUENOS AIRES (parlamentario.com).- Con un panorama diametralmente opuesto a lo que se preveía para este martes, la Cámara de Diputados se reunió en una sesión de homenaje al argentino más importante de la historia, el papa Francisco.

Durante la reunión, que duró cuatro horas, legisladores del oficialismo y oposición rindieron sentidas palabras, algunas cargadas de anécdotas y otras que destacaron la figura del Sumo Pontífice y lo que significó su liderazgo al frente de la Iglesia Católica en los últimos 12 años. Hubo participación de todas las fuerzas políticas, excepto el Frente de Izquierda.
La sesión había sido pedida horas después de conocida la infausta noticia por el exembajador argentino en el Vaticano y amigo personal de Jorge Bergoglio, el diputado Eduardo Valdés, quien habló del tema precisamente con el presidente del cuerpo, Martín Menem.
Las sentidas palabras en el recinto
La reunión se inició este martes a las 15:17 con 131 presentes. El propio Valdés fue quien izó la bandera a media asta. Antes de abrir la lista de oradores hubo un minuto de silencio.
El primero en tomar la palabra en el recinto fue el diputado radical Julio Cobos, quien recordó el día que Jorge Bergoglio lo visitó en medio del conflicto con el campo en 2008.
Amigo del papa Francisco e impulsor de la sesión, el diputado de Unión por la Patria, Eduardo Valdés, celebró la unidad de oficialismo y oposición para rendir homenaje a Jorge Bergoglio.
El excanciller destacó, también, que Francisco fue “la voz más potente de los que no tienen voz y la valentía de los que no especulaban cuando todos especulaban”.
Por la Coalición Cívica, la diputada porteña Paula Oliveto trajo a debate una experiencia personal: “Me enojaba cuando recibía a personas que estaban siendo investigadas por crímenes atroces y las subían a las redes o lo usaban para lavar las circunstancias en que estaban involucradas”.
«El mejor homenaje que como dirigentes políticos le podemos hacer a Francisco es trabajar para que los pobres sean de clase media, para que los jubilados puedan tener una vida mejor, para que los chicos puedan estudiar, para que los obreros puedan trabajar por la verdad, por la justicia, por la paz, que su memoria no sea usada, que tengamos en la Argentina la posibilidad de unidad, que el que piensa distinto no termine siendo un enemigo, que el respeto sea el camino de la concordia”, sugirió.
Desde Unión por la Patria el diputado Santiago Cafiero se mostró reflexivo y expresó: “Le quiero pedir perdón a Francisco porque no supimos construir el puente que lo traiga de vuelta a su tierra. Tuvimos una enorme cantidad de años y no lo supimos hacer”. Esta postura fue adherida, minutos después por su par, Victoria Tolosa Paz.
El jefe de bancada radical, Rodrigo de Loredo, destacó que Jorge Bergoglio haya sido el primer papa no europeo en más de 1.000 años.
Tras un extenso repaso histórico de la Iglesia Católica, De Loredo reflexionó: “¿Qué nos habrá pasado que no pudo volver?”. Para culminar su intervención, el legislador cordobés sostuvo que “la esperanza transformada en fe cristiana es el legado que el papa Francisco nos deja”.
Fue “un humilde que no le tenía miedo a la ternura”
Al momento de los cierres de bloque, el titular de Democracia para Siempre, Pablo Juliano, leyó una carta que trazó de puño y letra en donde indicó que el Papa Francisco fue el “representante de los hombres ante Dios”. Cargó contra los espacios -y mandatarios- que lo catalogaron de “comunista, díscolo, defensor de dictaduras sangrientas, aliado del mal y representante del maligno en la tierra”, y añadió que fue “un humilde que no le tenía miedo a la ternura”. “Francisco era capaz de besar a un preso”, resaltó.
También fue reflexivo por la partida del sumo Pontífice sin regresar a la Argentina: “Nuestras miserias nos hicieron incapaces de poder recibirlo y dejamos pasar el tren de la historia”.