Tini de Bocourt, por una belleza que se base más en la actitud y menos en la imagen

Tini de Bocourt, consagrada modelo internacional, estará disertando acerca de ‘Mujeres con actitud’.

Hoy, Tini se dedica a difundir una visión de belleza más abarcativa y basada en otros valores además de la imagen. En sus propias palabras, ella cuenta cómo fue que llegó a concebir esta idea, que dio a su vez como resultado su proyecto ‘Actitud’.

De sus días como modelo internacional recuerda: “Fue una carrera que me conectó con una parte de creatividad, me conectó con mucha gente, también fue un desafío para mí, cómo hacer que la ropa viva, que tenga energía. Y me tocó una época fantástica, con un grupo de modelos increíbles, con un mercado y también con una mirada totalmente distinta a la que es hoy…pero en lo más personal y en lo más profundo para mí fue una tabla de salvación en dos sentidos. En uno porque era muy chica y recién me separaba con dos chicos, con lo cual por un lado fue un sostén económico, y por el otro lado tuvo un aspecto muy fuerte que fue el que hizo que me diera cuenta de muchas cosas”.

Sin embargo, no todo era luz y glamour. Bocourt comparte los aspectos que resultaron también un desafío: “Para mí la carrera de modelo fue un disfraz. Entendiendo por disfraz, un lugar donde el aspecto del disfraz era donde yo necesitaba desde lo emocional el aplauso del otro. Y cuando uno tiene carencias emocionales uno tiene dos opciones, o elegir lo que es no buena vida, por ejemplo, gente que tiene carencias muy grandes, puede entrar en el alcohol o puede entrar en la droga o en una depresión muy profunda. Era una carrera que, por un tema personal mío, que no viene al caso ahora, también necesité mucho del aplauso del otro para sentirme, para que mi parte carenciada se sintiera querida. Ahí desarrollé, profundamente, la adicción a complacer al otro. Es horrible, pero es la verdad. Y estoy hablando de mí, no quiere decir que a todas las modelos les pasa esto mismo. Es un lugar, las carreras muy luminosas, la televisión, las carreras en cine, carrera de modelo. Es bastante normal encontrar un porcentaje bastante elevado de almas que necesitan de la mirada del otro. Yo de eso no era consciente porque era chica y la vida arrasa, y al mismo tiempo encontré otra faceta, que a mí me puso el desafío delante de ser la mejor modelo que pudiese, o sea me exigía a mí misma, todo tiene muchas aristas.

Pero lo que realmente quiero contar es que en mi carrera viví al extremo la necesidad de gustarle al otro. Dependía muchísimo de la mirada del otro. Lo cual es horrible, es terrible”.

En esos momentos, la vorágine de su trabajo no le permitió identificar como un problema estos sentimientos. Sin embargo, cuando decide poner fin a su carrera de modelo, debió preguntarse qué iba a hacer a continuación, laboralmente: “Tuve que pensar también en qué forma sostengo yo esa necesidad de la mirada del otro. Porque es muy terrible, es una exigencia grande. Yo dejaba de ser yo para complacer al otro. Ahora, paralelamente a eso, convivía dentro mío, muy en silencio, una parte que me encanta, que es que soy una gran lectora, esto lo tengo de mi mamá… y la verdad que toda mi vida leí mucho y leo mucho. Fue un gran aporte para saber llevar la ropa, porque de esas lecturas sacaba siempre un personaje, por decirlo de alguna manera, donde aprendí a ponerle mi energía, sin ser una acting”.

Y hasta el día de hoy Bocourt asegura que la ropa no es solamente algo para ponerse encima sino que es uno el que elije y le agrega su sensación. “Es interesante ese abordaje, porque si bien me formé en asesoría de imagen también me di cuenta que no alcanzaba. Que si bien la asesoría de imagen es un recurso técnico, que tiene que ver con proporciones, estructuras del cuerpo, que es muy interesante, no alcanza. O sea, si yo asesoro a una mujer, pero esa mujer no sabe estar en eje, no sabe estar cómoda en su cuerpo, no sabe moverse, no sabe un montón de cosas, esa ropa, por más que hablemos de un Armani, de un Caballi, de la marca que quieras, no llega a cubrir el 100% de necesidad… a mí siempre me gustó observar a las nativas cuando iba a países exóticos, qué curioso, ellas se ponen literalmente un trapo y les queda estupendo, cómo hacen. Ahí empieza toda una búsqueda mía”.

Así, de forma paralela a su exposición constante, Tini vivía un desarrollo interno. “Era muy loco porque, por ejemplo, cuando terminaba un desfile, venían mujeres y me pedían para tomar clases de caminar conmigo. Y yo me preguntaba entonces, por qué no se lo pedían a otras colegas… cuando dejo la carrera, y tomo entonces dos decisiones: una era que no iba a someterme a operaciones para seguir pareciendo de menos edad de la que tengo. Y eso fue muy importante, algo difícil en este medio. La otra decisión que tomé fue de abrir un espacio, y ahí fue que abrí mi primera escuela en la que formé una enorme cantidad de modelos. Pero al mismo tiempo me comenzó a ‘picar’ una inquietud, porque cada mujer es un modelo en sí misma, y abrí paralelamente un espacio para toda mujer que quisiera investigar un poco esto. Y ahí nace mi desarrollo de esta mirada que siempre me perteneció, que es que para mí no existe la palabra linda y fea… ¿Cómo hay mujeres que no son bonitas y son espectaculares y cómo hay mujeres muy bonitas y en realidad no tienen energía?”.

En ese momento, Tini de Bocourt comenzó a desarrollar su proyecto ‘Actitud…’.

A través de un postulado: que todo ser humano tiene su propia belleza desde que nace. Y afirma: “No tiene nada que ver con la estatura, con el peso, con la nariz, ni con el pelo; para nada. Sí tiene que ver con algo que es muy difícil y que trabajo mucho ahora, que es decirle a las mujeres, que si no estás en eje y bien parada, no hay presencia. Si vos no estás cómoda en tu cuerpo, no hay presencia. Si vos no hablás bien, no hay presencia. Porque tu voz habla de vos. Yo trabajo mucho la femineidad. Mi objetivo y mi sueño es que cada mujer llegue a ser la mujer grande y sabia de la familia”.

“Me di cuenta que el afuera sólo se sostiene un tiempo. Cuando ese tiempo pasó y llegás a la segunda mitad de la vida, estás en el horno si sólo tenés el afuera. Entonces, ahí es donde me capacité mucho, y lo que hago es, empodero a la mujer en la tremenda cantidad de recursos que tiene, que no se pueden comparar. Nada de lo que yo doy en la charla se puede comprar, ya lo tenés. Solo que nunca le prestaste atención. Trabajo con cosas invisibles, tiene que ver con la autoestima. Con esa capacidad de aceptarte, de poner en marcha tus deseos, porque la belleza para mí, la tenés. Pero se manifiesta cuando vos estás muy orgullosa de vos misma. Y para estar orgullosa de vos misma, tiene que haber un enorme trabajo de vos misma. Y es un camino que no es cómodo, que requiere de tu atención y de poner en marcha cosas que te sacan de tu zona de confort”.

Durante la charla, Tini asegura que habrá momentos interactivos. Para poder además de escuchar, ‘llevarse puesto’ lo que descubran ese día.

Recomienda, además, a las interesadas, que sean mayores de 15 años para poder aprovechar al máximo la disertación. “Vienen muchas madres con sus hijas”, destaca, teniendo en cuenta esta fecha especial.