BUENOS AIRES (NA).– Por la jerarquía de un inspirado Carlos Tevez, Boca reaccionó a tiempo, piso fuerte ayer en el estadio Monumental y se impuso por 4 a 2 sobre River en el Superclásico, válido por la decimotercera fecha del torneo de Primera División.
El visitante se adelantó en el marcador a través de un gol de Walter Bou, a los 13 minutos del primer tiempo. River igualó con una volea de Sebastián Driussi, a los 33 de la etapa inicial y lo dio vuelta con un cabezazo de Lucas Alario, a los 39, tras un centro de Jorge Moreira.
En el complemento, Boca se quedó con la victoria con tantos de Tevez, a los 16 y 36, mientras que Ricardo Centurión anotó el cuarto y definitivo, a los 48.
Con este resultado, Boca trepó hasta lo más alto con 28 puntos, junto a Estudiantes, que al cierre de esta edición enfrentaba a San Martín y San Juan.
En tanto, River, que tiene la cabeza puesta en la final del jueves ante Central, quedó lejos de la cima, con 19 unidades.
Boca se durmió
En los primeros minutos Boca se mostró más seguro con la pelota, explotando con inteligencia las falencias defensivas que el local mostraba sobre todo por la banda izquierda.
Por ese sector Tevez asistió a Pavón, a los 7 minutos, pero este, en lugar de ceder para la entrada de Bou, eligió patear al arco y el arquero Batalla rechazó el balón con su cuerpo.
River logró replicar con alguna incursión de Driussi, difícil de contener para los defensores visitantes, pero Boca se puso en ventaja, a los 13 minutos, en una buena maniobra individual de Tevez, que encaró por el medio, puso un pase en cortada para Bou, y este marcó con un remate de derecha, cruzado.
A partir de allí, River empezó a manejar la pelota desde los pies de un movedizo D’Alessandro.
A los 21 el elenco boquense se acercó con una rápida contra encabezada por Bou, que buscó a Tevez, pero la pelota le salió larga y facilitó el anticipo de Batalla.
Seis minutos más tarde, otra réplica, esta vez iniciada por Pavón, fue salvada con lo justo por Jonathan Maidana, que le puso el cuerpo a la pelota para anticipar a Bou.
Boca era mejor y llegaba más claro, pero no supo definir las situaciones y le dio vida a River, que se despertó a partir de los 30 minutos e inició una levantada que lo llevó a dar vuelta el marcador.
A los 30, Alario le tiró un sombrero en la puerta del área a Peruzzi y, cuando se aprestaba a definir, apareció Insaurralde, deslizándose para salvar a Boca.
En la siguiente jugada, los “xeneizes” volvieron a perdonar en una contra -Pavón tenía solo a Bentancur y optó por la personal- y lo terminaron pagando caro.
Segundos después, River alcanzó el empate: D’Alessandro apareció por derecha, lanzó un centro al punto del penal, Peruzzi despejó mal, al medio del área, y allí estaba Driussi, quien con una violenta volea estampó el 1 a 1.
El gol fue un duro golpe para Boca, que cayó presa del nerviosismo, mientras que River se agrandó y aprovechó su momento.
En 39 minutos, el paraguayo Moreira envió un centro al corazón del área y Alario, ganándole a los centrales rivales, puso la cabeza para el 2 a 1.
River no lo liquidó
El envión de River continuó en el complemento y en los primeros minutos tuvo todo para ampliar la ventaja, pero, al igual que Boca, no aprovechó su momento y a la larga lo pagó. A los 2 minutos, Alario pifió en el área chica, habilitado por Driussi, a los 4 lo tuvo Pity Martínez, con un derechazo apenas desviado y a los 11 otra vez el centrodelantero de River no acertó el cabezazo y la tiró afuera.
Todas esas ocasiones dilapidadas se sintieron fuerte en el ánimo local, sumado a la inexplicable salida de D’Alessandro, a los 14 minutos, reemplazado por un volante de contención como Iván Rossi.
Dos minutos después de la salida del Cabezón, Bou buscó a Tevez por izquierda, Batalla salió a destiempo lejos de su arco, el Apache ganó ante el arquero y empujó la pelota al arco vacío.
Tal como había ocurrido antes, Boca empezó a ganar el partido psicológico, volvieron a aparecer las dudas en el fondo local y todo parecía servido para la visita.
Jugados 23 minutos, el recién ingresado Centurión dejó a Tevez de cara al arco, pero esta vez Carlitos se mancó en los últimos metros, ya que pisó la pelota y se cayó.
En los siguientes minutos, Boca cerró filas y River retomó el control del balón, pero ya no tenía frescura, las piernas pesaban y no había peligro sobre la valla de Werner.
Cuando el partido se presentaba de esa manera, una genialidad de Tevez, a los 35 minutos, colocando la pelota en un ángulo con un derechazo a la carrera, empezó a inclinar la balanza definitivamente del lado “xeneize”.
Sobre el final, y luego de un susto en un córner que cabeceó Mina, Centurión le puso cifras definitivas al partido en una jugada en la que Rossi cabeceó para atrás y Batalla volvió a salir mal.