CÓRDOBA (NA).– En un partido vibrante, con jugadas polémicas y una destacada actuación de Lucas Alario, River se coronó campeón por primera vez en su historia de la Copa Argentina al vencer anoche 4 a 3 a Rosario Central en el estadio Mario Alberto Kempes, que presentó un pésimo estado del campo de juego.
Central terminó con diez hombres por la expulsión de Marco Ruben, a los 38, por darle un codazo a Joaquín Arzura.
Con la obtención de este certamen, River logró clasificarse a la Libertadores, mientras que el conjunto rosarino perdió su tercera final seguida de Copa Argentina.
El árbitro Patricio Loustau no tuvo una buena noche ya que no le cobró un claro penal a favor de Central.
En la primera parte, se vio un juego ambicioso de ambos lados, por muchos momentos desprolijo, que facilitó que haya más espacios para los atacantes.
El Millonario contó con algunas pinceladas de la calidad de D´Alessandro, esporádicas apariciones de Nacho Fernández y la calidad de Alario, que ganó siempre en las pelotas aéreas.
Con este escenario, se dieron varias acciones que levantaron la temperatura del partido, como el penal no cobrado a Teo por agarrón de Ponzio.
En la jugada siguiente, Moreira desbordó, D´Alessandro metió un pase cortado a Nacho Fernández y Damián Musto le cometió un penal que convirtió Alario.
Otra vez una falla de Batalla hizo revivir al rival: salió de manera muy frágil, Musto le ganó en el cabezazo y, si bien pareció acomodársela con la mano cuando bajó, empujó la pelota dentro del arco.
Envalentonado, Montoya cortó en su propio campo una pelota, se mandó al ataque, cedió para Teo y éste colocó un centro preciso para que Ruben hiciera un control de la pelota magistral para definir de volea.
Central lo dejó revivir a River con un tonto penal de Gissi por agarrón a Alario, que el propio delantero convirtió.
En el complemento, el Canalla se mostró más ambicioso, con interesantes proyecciones de Jonás Aguirre por izquierda.
En una muy buena jugada colectiva, el propio Aguirre colocó un envío que definió Ruben para el 3 a 2.
Así como el cambio de D´Alessandro en el juego ante Boca complicó al equipo de Gallardo, esta vez la salida del mismo jugador y el ingreso de Alonso le dio un tremendo resultado.
El entrenador supo leer que le era esquivo intentar con la pelota al ras del piso, colocó a un cabeceador nato y éste lo hizo pasar por caja: Alonso bajó la pelota para que Alario señalara el 3 a 3 y el Pipa le devolvió gentilezas para que el uruguayo señalara el gol de la victoria.
A partir de ahí, Central fue un busca del empate hasta que Ruben se hizo expulsar y se agotaron toda las ilusiones.
Incluso, hasta River pudo haber ampliado la ventaja con un cabezazo de Alario, pero la historia ya estaba juzgada y el equipo de Gallardo obtuvo su sexta copa en dos años.