Es indispensable, para asegurar la salud ósea. El organismo la produce mediante la exposición a los rayos solares, pero en Tierra del Fuego se necesita una suplementación.“En esta latitud, tanto niños como adultos, todos deberíamos tomarla”, dice la pediatra Gabriela Rodríguez.
RIO GRANDE.- La D, indispensable para asegurar la salud ósea, reúne todas las características para ser una de las figuritas difíciles de las vitaminas. El organismo la produce naturalmente durante la exposición al sol sin protección -algo hipercontraindicado por los dermatólogos-, y cuya capacidad de generación varía según la época del año, el momento del día, la ubicación geográfica y hasta el color de la piel. Para colmo, adquirirla a través de los alimentos es prácticamente una misión imposible. El déficit alcanza a unas 1.000 millones de personas de todas las edades alrededor del mundo y el problema se acentúa durante el invierno y en lugares tan cercanos a los polos como es Tierra del Fuego.
La principal consecuencia de la falta de vitamina D es la osteomalacia, o ablandamiento de huesos, pero hay muchas más.
En Argentina, una investigación mostró que la deficiencia de vitamina D en madres y bebés varía según la latitud geográfica. Mientras que en el norte se detectó en la mitad de los casos estudiados, en el sur del país el déficit alcanzaba a 9 de cada 10. En Tierra de Fuego es casi imposible durante seis meses al año.
Tanto en niños como en adultos, los especialistas advierten sobre la importancia de controlar los niveles de esta vitamina que juega un rol muy importante para la salud general, y no sólo para los huesos.
“Las vitaminas son sustancias importantes para el funcionamiento correcto del organismo, que normalmente son externas, es decir que al cuerpo le cuesta hacer por si mismo o no las hacen directamente”, explicó la pediatra Gabriela Rodríguez a Tarde Pero Seguro.
La vitamina D es una de las excepciones, el cuerpo la puede hacer por sí mismo pero para eso tiene que estar involucrado el sol. “Los que vivimos en latitudes extremas del planeta como nosotros en Tierra del Fuego, que estamos muy lejos del ecuador, tenemos menos horas de sol y un clima que nos permite estar tanto tiempo al aire libre como necesita nuestro cuerpo para transformar la vitamina D”, indicó.
Si bien la vitamina se encuentra en los alimentos, es en muy poca cantidad, y de hecho si comiéramos una buena cantidad de alimentos con Vitamina D, cubriríamos solo el 20% de los requerimientos. “Estos alimentos son los pescado grasosos como el salmón, el atún y la caballa; la yema de huevo; algunos hongos como los champiñones también tienen buena cantidad; algunos lácteos y otros tantos que se suplementan con la vitamina.
¿Para qué sirve esta vitamina D y por qué los pediatras insisten tanto en acordarnos de darle el Raquiferol, la manera comercial de llamar a esta vitamina? “La vitamina D está involucrada en un montón de procesos en el organismo, el principal es la absorción del calcio, en la vitamina que favorece que el calcio se absorba y que se fije en los huesos de una manera adecuada”, dice Rodríguez.
Cuando tenemos una deficiencia de vitamina D, en los chicos, aparece una enfermedad que se llama raquitismo, que siempre estuvo relacionada a la desnutrición. “Pero no es tan así, la principal causa del raquitismo es la falta de vitamina D”, aclara.
“El raquitismo es una alteración de la estructura de los huesos en crecimiento. Los huesos se empiezan a deformar y eso trae consecuencias para el resto de la vida. Por eso es tan importante la suplementación en la etapa de los huesos en crecimiento”, sostiene la pediatra.
Pero no solo es importante en los niños, “en los adultos la falta de absorción de calcio trae osteoporosis así que también hay que tener cuidado, porque eso nos trae fragilidad en los huesos, predisposición a la fractura y alteraciones”.
“Los grandes también necesitamos vitaminas” afirma la médica y agrega que “siempre tendemos a pensar que es lo para los chicos y son especialmente insistentes en eso, pero los adultos también vivimos acá y necesitamos vitaminas”.
La campaña que se hace a nivel provincial está destinada a los niños de hasta 14 años y a las embarazadas, que por estar gestando tienen requerimientos más altos de vitamina D. Pero en realidad –según la especialista- si todos nos dosáramos la Vitamina D “nos llevaríamos una sorpresa terrible porque todos los que estamos acá necesitamos suplementarnos con Vitamina D”.
“Hoy sabemos que la vitamina D es importantísima como inmunomoduladora, actúa sobre el sistema inmune fortaleciéndolo, tener una buena cantidad de esta vitamina D más allá de mejorarte mucho los huesos, también te mejora el sistema inmune. También se sabe que está relacionada con la prevención de algunos tipos de cáncer en adultos y que es muy efectiva; y se está relacionado con problemas como la depresión, un problema que abunda en la Patagonia”, explica.
¿Cuánto se debe tomar?
Con las vitaminas hidrosolubles lo que se toma en excedente se va en la orina, no es el caso de la vitamina D que es liposoluble. “Si vos tomás de más, se acumula en el organismo y te puede traer problemas serios”, indica Rodríguez.
“En los chicos sabemos que con la dosis que damos estamos bien, tres frasquitos por año (marzo, mayo y julio), de alrededor de 45 gotas cada uno”, precisó.
Los padres deben acercarse a los centros de salud de toda la provincia que ya están repartiendo la vitamina D. “Allí les van a explicar bien como darla, la están entregando en tres dosis a los chicos. Los menores de un año casi siempre reciben alguna vitamina como Trivisol que ya tienen vitamina D y no haría falta esta de la campaña, pero si a partir del año de vida y hasta los 14 años; también es muy importante en las embarazadas. Si tenemos pediatra y le pedimos la medicación”, dice.
¿En adultos? “Debemos realizar un estudio previo de dosaje, porque quizás nunca se tomó esta vitamina, se necesita saber si necesita una suplementación, o si necesita un tratamiento. Una vez compensada la carencia, la cantidad de vitamina que se necesita luego será la misma en un bebé de dos años que en un adulto”, cierra Rodríguez.