El aeropuerto de Río Grande cuenta con un cenotafio en memoria de los 55 héroes caídos en Malvinas

El comodoro Guillermo Carlos Otero hizo uso de la palabra en la ceremonia y dijo que los 55 integrantes de la Fuerza Aérea que murieron en la guerra fueron “héroes quienes, cumpliendo con su deber, ofrendaron lo más sagrado que un hombre puede entregar por otro que es su propia vida”.

RIO GRANDE.- Un cenotafio con el recuerdo de los 55 hombres de la Fuerza Aérea Argentina que cayeron en la guerra de Malvinas, fue descubierto en el hall del aeropuerto Internacional Ramón Trejo Noel, en la ceremonia por el Día de la Aviación que se conmemora el 10 de agosto, al recordarse la creación de la institución, ocurrida en el año 1912.

El acto se realizó en dos escenarios. Primero fue en la plazoleta del aeropuerto, al aire libre, donde el comodoro Guillermo Carlos Otero fue el encargado de brindar palabras alusivas y recordando a sus camaradas que entregaron la vida en la guerra de 1982. Después, en el hall de la aeroestación se exhibió un video con las imágenes de los 55 caídos, para más tarde descubrir el cenotafio.

La ceremonia contó con la presencia de autoridades de la IX Brigada Aérea con asiento en Comodoro Rivadavia, entre las que se destacan el jefe del Grupo Aéreo, comodoro Ricardo Capavianca; el jefe del Grupo Técnico, comodoro Guillermo Otero y el jefe de Inteligencia, vicecomodoro Maximiliano Urtubeity.

Asistieron además, el jefe del Aeropuerto de Río Grande, Juan Carlos Montes de Oca, y representantes de centros de veteranos de guerra como el Escuadrón Helicópteros; excombatientes de Comodoro Rivadavia y del Centro de Veteranos de Guerra Malvinas Argentinas.

 

 

Un gran hito

Al hacer uso de la palabra, el comodoro Guillermo Carlos Otero dijo que los 55 integrantes de la Fuerza Aérea que murieron en la guerra, fueron “héroes quienes, cumpliendo con su deber, ofrendaron lo más sagrado que un hombre puede entregar por otro que es su propia vida”.

Manifestó que forman “parte de un gran hito de la historia de nuestra institución, la actuación del personal de la Fuerza Aérea en el conflicto del Atlántico Sur. En él se dio testimonio del acertado camino que la misma había recorrido desde su creación y de la correcta formación de sus hombres. Ello fue lo que permitió asumir con responsabilidad la defensa del territorio nacional, combatiendo con decisión y valor, a pesar de las limitaciones de los medios propios, que contrastaban con los sofisticados armamentos del enemigo”.

Sostuvo que “ninguno de los actores era consciente de los momentos históricos que estaban viviendo. Eran personas simples, nacidas de familia de clase media, trabajadoras, que por su mente cruzaban las mismas iniciativas, aspiraciones, propias de cualquier hijo, hermano, padre o esposo y que mezclado con el elevado nivel de profesionalismo, amor a la Patria y sentido del deber, lograron que esos hechos pasaran a la historia”.

El comandante Otero dijo que entre las acciones en la guerra de Malvinas, sumado a los antecedentes de la aviación nacional, se encuentra un denominador común: “Hombres y mujeres que motivados por los mismos principios y valores se involucraron en cada una de las acciones que se llevaron a cabo. Y ese es nuestro deber, involucrarnos en cada acción, siendo esta la única ruta a seguir para mantener viva nuestra identidad, justificando cada día de nuestra existencia con el cumplimiento de la misión que no es otra que defender la soberanía de nuestro espacio aéreo nacional”.

Para concluir sus palabras, recordó el histórico rescate que tuvo lugar a fines de julio en las Islas Orcadas, cuando se procedió a realizar con éxito la evacuación de un suboficial que se había accidentado, logrando su traslado a Ushuaia para ser atendido de las graves heridas que había sufrido.

“Imploro a nuestro Señor Jesucristo y a Nuestra Patrona, la Virgen de Loreto, por las almas de estos 55 hombres, para que continúen guiándonos en nuestro vuelo con la misma precisión y oportunidad”, dijo el comandante Otero para dar por cerrado su discurso.

 

 

Antecedentes

En el año 1912, a través de un decreto, del entonces Presidente de la Nación, Roque Sáenz Peña, se creó la Escuela de Aviación Militar, en terrenos de El Palomar, provincia de Buenos Aires.

La institución, desde sus orígenes, tiene como misión específica organizar, mantener y alistar las fuerzas aéreas de la Nación, con el fin de contribuir a la defensa nacional, ejerciendo la soberanía en el espacio aéreo.

Por otro lado, la Fuerza Aérea, a través de sus Institutos de Formación, a lo largo de los años, prepara y perfecciona a su personal, revalorizando el sentido de la vocación, de modo tal que todos sus integrantes asuman la responsabilidad de contribuir al cumplimiento de los altos y exigentes objetivos de la institución.

 

El cenotafio ubicado en el hall del aeropuerto de Río Grande, con el recuerdo de los 55 hombres de la Fuerza Aérea Argentina que cayeron en la guerra de Malvinas.