El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, aseguró que la idea oficial es comenzar con un proceso progresivo de reducción de impuestos que tendrá un plazo de, al menos, cinco años.
BUENOS AIRES (NA).- «Bajar el déficit y los impuestos, en el corto plazo, son dos objetivos que se chocan entre sí. No hay otra manera de salir de 12 años de despilfarro, corrupción, que no sea de manera gradual si queremos poder hacerlo atendiendo a los que menos tienen y sin dañar el tejido social», dijo el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne.
Así, el funcionario se mostró en la misma línea discursiva que el presidente Mauricio Macri y el jefe de Gabinete, Marcos Peña, quienes habían asegurado que no habrá medidas de shock durante los próximos años.
Ahora, en declaraciones al diario La Nación, el jefe de Hacienda aclaró que tampoco una eventual reforma impositiva vendrá a reducir drásticamente el peso de los impuestos sobre la economía, porque eso podría desfinanciar al Gobierno.
Consideró Dujovne que la idea de un «gradualismo» refleja claramente la posición del Gobierno, dado que «después de 12 años de descalabro, con 30% de pobreza, no había posibilidad para políticas de shock».
«Nosotros hemos elegido desandar un camino de 12 años de descalabro en la política inflacionaria, el tamaño del gasto público en referencia con el producto bruto. También verán que no se producen todos los cambios en 2018, sino que propondremos que los impuestos vayan bajando en cinco años», señaló.
Al ser consultado sobre cuál es el límite que tiene la administración Cambiemos para financiarse con deuda dentro del plan de gradualismo, el funcionario nacional respondió que es «la solvencia».
«El límite es ser solventes; entonces, necesitamos que la deuda pública deje de crecer en relación al producto bruto interno. Con nuestras metas fiscales, esto sucederá en 2020. Podemos continuar utilizando deuda transitoriamente», expresó.