BUENOS AIRES (NA).- El Gobierno renovó sus críticas al paro de las centrales sindicales opositoras, al advertir que «decretaron la prisión domiciliaria de millones de argentinos» y pusieron «palos en las ruedas» del país.
El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, consideró que el paro fue «político» y acusó a los dirigentes gremiales de impedir «ir a trabajar al que quiere hacerlo sólo porque se les ocurre a ellos».
En declaraciones formuladas en Casa de Gobierno, el jefe de ministros señaló que «dos millones y medio de trabajadores» ya acordaron aumentos salariales en paritarias y acusó a los gremios del transporte de querer generar «zozobra» al «frenar la actividad del área metropolitana».
Por su parte, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, se quejó de que los sindicalistas opositores que convocaron la huelga a nivel nacional «ponen palos en las ruedas» de la Argentina.
«Mientras algunos pocos dirigentes paran y ponen palos en las ruedas del país, nosotros seguimos junto a los trabajadores sumando derechos», sostuvo el funcionario.
En tanto, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, fustigó la medida de fuerza, al afirmar que «los dirigentes sindicales opositores decretaron la prisión domiciliaria de millones de argentinos». «Vengo diciendo que hay dirigentes sindicales que son parte del problema, no de la solución», se quejó Randazzo en su cuenta de la red social Twitter.
Según el precandidato presidencial, «este Gobierno es el que más hizo por los trabajadores, y estos dirigentes sindicales son los que más han hecho pero en contra de los laburantes».
El precandidato a gobernador de Buenos Aires Julián Domínguez subrayó que «no hace falta parar un país para obtener un derecho».
«Este tipo de protestas no aportan ningún tipo de solución. Después de 32 años de democracia la Argentina está en condiciones de elegir el rumbo mediante el consenso. No hace falta parar un país para obtener un derecho», arremetió.