RIO GRANDE.- Ayer por la tarde las ráfagas de viento más fuertes, superaron los 100 km por hora. Carolina Yancabure de 30 años de edad, tuvo que presenciar cómo una parte en construcción de su vivienda casi salió volando, igual que en un cuento infantil. Si bien no hubo heridos, las autoridades advirtieron que la época de viento fuerte, recién comienza.
Carolina vive en una pequeña casilla de material ligero junto a sus cuatro hijos, y la parte de la casa que fue levantada por los fuertes vientos de ayer, es a una ampliación de la misma.
“Lo material es lo de menos, lo importante es que mis hijos están bien. Gracias a Dios no estaban mis hijos en casa, porque sino el susto iba a ser peor. “Además hay una chica que suele llevarlos del colegio a casa y les prepara el almuerzo, pero justo hoy le dije que no viniera, así que menos mal. Y tampoco le pasó nada a la casa de mis vecinos, así que agradecida por eso”, expresó emocionada la mujer.
En el momento que la casa empezó a moverse, Carolina se encontraba trabajando, y sus hijos, que habían ido a la escuela por la mañana, estaban en casa de su madre. Una de sus vecinas, llamó a la madre de Carolina, y le avisó que la casa se estaba por ir volando: “A mí me llamó mi hijo para decirme que le había avisado la vecina, que la ampliación se estaba volando, en ese momento pedí permiso para salir y una vez que llegó mi jefa me trajo hasta acá. Cuando llegué ya estaban Bomberos y Defensa Civil acá afuera. Por suerte fue solo la ampliación, mi casa donde yo vivo con mis nenes es chiquita, pero no le pasó nada, igual ahora no me dejan ingresar porque es un peligro como quedó”, relató Yancabure.
La ampliación de la casa, que Carolina no pudo terminar, corresponde a la habitación de los niños. A raíz de problemas familiares, la mujer, no pudo costear el material, o el personal que siguiera trabajando en la casa: “pagar a un albañil no está barato y no cuento ahora con la plata necesaria para terminar la obra”, confesó.
Al preguntarle acerca de sus necesidades más urgentes, Carolina Yancabure asegura que no quiere caridad, pero sus recursos hoy son limitados: “Tengo un trabajo de limpieza, que encima empecé hace poco y es hasta las 16:30. Mi jefa, es la que me trajo hasta mi casa. Lo que yo necesito ahora es material, para poder hacer la base de la casa, y chapas, para terminar de cerrarla. Después todo lo necesario para cerrar adentro, el durlok y demás. Porque esa parte justo iba a ser la de las habitaciones de mis hijos”, dijo.
Sebastián Águila, Jefe de Operaciones de Defensa Civil Municipal, confirmó que desde la mañana de ayer recibieron más de 100 llamadas, y hubo unos 50 casos que debieron ser asistidos: “La casa en los asentamientos estaba en construcción, el viento la empujó y se acostó hacia su lado derecho, pero la base de esa casa es bastante débil, por eso se volteó. En el lugar verificamos que no haya ninguna chapa suelta y estuvimos asegurando pero más de donde se movió no lo iba a hacer, riesgo no había”, comentó.
Y agregó: “Recién después de las 17:00 comenzó a mermar el trabajo que fue bastante arduo a lo largo del día, muchos llamados, reclamos y pedidos de asistencia”.
Águila aseguró que los elementos más problemáticos son las chapas, los cables caídos. La mayoría de las denuncias y pedidos se ubicaron en las obras en construcción. “Lo más problemático es cuando las obras están mal construidas, los materiales no están asegurados y con los vientos fuertes las cabreadas y techos se levantaron. No tenemos notificaciones hasta el momento de gente herida por los fuertes vientos”.