NEUQUEN.- Con más de 15 mil pobladores, y a solo 30 kilómetros antes de llegar a San Martín de los Andes, se encuentra Junín de los Andes. Ubicada en el Corredor de los Lagos, Junín es conocida porque atesora los restos del Beato Ceferino Namuncurá, el parque temático de esculturas Vía Christi, y las mejores truchas del país y el mundo.
También conocida como “el faro de la fe”, la localidad es la más antigua de la provincia del Neuquén. Sus primeros habitantes fueron los mapuche; les siguieron criollos, salesianos y familias de inmigrantes entre ellas árabes.
Ni bien uno comienza a transitar las rutas del suelo andino ya se respira aire fresco y puro, se contempla el volcán Lanín o se puede oír el sonido continuo del agua chocando en las piedras del caudaloso río Chimehuín, entre otros atractivos que propone la localidad cordillerana.
Entre esas cualidades que pinta a la localidad, se encuentra el restaurante Ruca Hueney, un lugar familiar, en el que Fadua “Pepita” Buamscha y los suyos reciben al visitante con ricos platos árabes y criollos.
El Ruca Hueney es un paso obligado de turistas y amigos aventureros que llegan al sur. Lo hacen en busca de las preciadas truchas o bien para encontrarse con los atractivos religiosos y espirituales, además de la Fiesta del Puestero y la Expo Rural que imprimen el sello de la identidad criolla, mapuche y cristiana en época estival.
De esa esquina céntrica, salen de sus hornallas y asaderas, con destino a cada mesa, calientes y bien aromáticas comidas ancestrales de medio oriente y regionales. Después de cada bocado se experimenta una pausa en el que los comensales son protagonistas del espacio, un tanto rústico y familiar ambientada con un estilo casi montañés. Allí se pueden observar cuadros familiares, en el que la pesca y las carreras de automóviles de rally se muestran con orgullo en ríos o picadas (caminos a campo traviesa).