Brindarán una charla gratuita para padres

El contacto piel con piel, una de las medidas de apego que se incorporaron en la Maternidad del Hospital.

 

La Dra Mónica Carande, integrante del equipo de Neonatología del Hospital de Río Grande, brindará una charla abierta y gratuita acerca del contacto piel con piel, metodología que aplican en la maternidad del hospital desde 2015.

 

 

 

RIO GRANDE.- El encuentro será el sábado 27 de octubre a las 10:00 en el Centro Pastoral Jesús de la Divina Misericordia, en calle O’Higgins 751. la charla es abierta a la comunidad, especialmente dirigida a madres, padres y mujeres embarazadas. Entre los temas a tratar están las conductas de apego; la protección de la embarazada; el manejo del llanto en el bebé. Y la poda neuronal.

En 2015 el equipo de la maternidad del Hospital comenzó a trabajar en el contacto piel con piel, junto a las pacientes de maternidad y sus bebés. “La primera paciente fue una nena, que hoy ya tiene dos años. De ahí en adelante comencé a incursionar con este método y buscar más información. Y es apasionante porque hay mucho para hacer, y es muy simple, porque es educación: educar a las madres, asistir a las familias que tienen problemas”, explicó la médica.

Carande asegura que a pesar de los avances, todavía faltan leyes y regulaciones que pongan mayor atención en la protección de la infancia: “Tenés que tener en cuenta por ejemplo, que una embarazada no se debe estresar, bajo ningún aspecto. Las madres están estresadas crónicamente inclusive. Es importante el apoyo de la pareja, el apoyo de la madre de la familia, y acá vemos muchas mamás que están solas. Y muchas mamás adolescentes, solas. Esa mamá adolescente, que está pasando por una etapa de cambios en su cerebro, todavía tiene que asumir que será madre y va a criar un bebé. Entonces, si yo la estreso, ya sea en su familia, la sociedad, el mismo médico, esto impacta en el desarrollo del cerebro del niño. Los niños nacidos de mamás con estrés crónico, tienen por ejemplo, mayor riesgo de padecer hiperactividad, y en el peor caso, esquizofrenia. Por eso, todo tiene que darse para que el niño esté protegido”.

La Dra. Carande se formó en Rosario, se especializó en pediatría, y en neonatología. “Dentro de mis tareas, siempre, me avoqué a la lactancia. Y ahí veía las dificultades que tenían las mamás para pegarse a su bebé, para prenderlo a pecho, que a veces pueden ser técnicas, pero a veces veía a mamás que tenían tanta dificultad de estar con su bebé. Como que algo pasaba con ese binomio”, recordó.

La Dra. Carande comenzó a estudiar investigaciones sobre la química del amor materno, y a otros profesionales que hacen soporte psiquiátrico perinatal: “eso me abrió un montón el panorama. Estos estudios se centran en lo que sucede en el cerebro de la mamá, a qué se deben ciertas conductas, y cómo uno puede promover que tenga conductas saludables. Hay familias que quizá familias que no necesitan esta ayuda porque ya lo tienen incorporado, pero otras familias que tuvieron una formación que no era correcta la siguen pasando esto de una generación a otra”, recalcó.

Durante la etapa fetal, la médica explicó que las neuronas se forman y migran al cerebro. Al nacer el bebé, éstas se conectan entre ellas gradualmente y esas conexiones se hacen según los estímulos que recibe el bebé: “Yo puedo hacer conexiones de placer, o de displacer y estrés. El niño va haciendo estas conexiones y entre el año y año y medio, requiere comenzar a ahorrar energía. Entonces poda aquellas conexiones menos usadas. Si tenemos un bebé que tuvo mucho placer, eso que menos se usa, se va a podar y no queda registrado. Contrariamente a un niño que sufrió mucho displacer, esto es lo que le queda grabado. Y eso es muy perjudicial. E insisto, no tiene nada que ver con dinero o con cosas. Sino esta costumbre de estar con el chico, tirarme a jugar con él. No llegar del trabajo y dejarlo solo, sin hablarle. Realmente priorizar esto. Además no es que tenés que hacerlo de una forma específica. Pero llegar, abrazarlo, compartir, jugar con ellos. No tenerlo todo el día en un lugar mientras yo juego a la play, o estoy con el celular. El bebé tiene que tener contacto visual, contacto humano”, especificó la pediatra.

Carande sostuvo que el proceso de poner al bebé en contacto piel con piel con sus padres cuando nace, favorece el proceso natural que se da después del nacimiento: “al nacer, el bebé tiene en el organismo todas las hormonas del estrés que lo preparan para el parto. Para salir y llorar. Cuando se lo pone en el pecho de la madre, comienza un periodo de absorción de placer, al máximo. Y eso deja la impronta: es un cambio que queda grabado en la zona epigenética, queda en él el recuerdo de la voz, el olor, la sensación de la madre. Por eso, nosotros este contacto piel a piel, lo hacemos durante dos horas. Después lo que incorporamos fue al papá, en la hora posterior”, detalló.

Los resultados, aseguró Carande, son notables: “sobre todo en los padres, es un gran cambio de conducta. Ellos se ponen muy sensibles, a lo que le sucede al bebé. Todo esto, además forma parte de un proceso hormonal que sucede naturalmente: la mamá empieza a producir oxitocina, que es la hormona del amor, y que a ella la pone a total servicio de su bebé. Esa hormona, ella se la pasa al bebé con la leche, y entonces el bebé abre los ojos, y la mira, y se enamoran uno del otro. En el papá, también se producen hormonas que hacen que sienta la necesidad de cuidar a esa cría, y su esposa. Como hacen los animales, por ejemplo. Lo que se hace es estimular un proceso natural”, continuó relatando la médica.

“Los padres manifestaron mucho asombro. Les queda muy grabado lo que les pasa en ese momento. Y las mamás requieren después mucha menos asistencia con la lactancia”, recalcó.