BUENOS AIRES (NA).– Con algunos aspectos positivos pero otros tantos negativos, Argentina venció ayer 1 a 0 a Rusia en un amistoso disputado en el estadio Olímpico Luzhnikí, el escenario fijado para los encuentros inaugural y final del Mundial del año próximo.
El único gol lo convirtió Sergio Agüero, a los 40 minutos del complemento, luego de una buena combinación de Lionel Messi y Cristian Pavón, quien estaba en posición adelantada al recibir el balón de la estrella del Barcelona.
Argentina no logró imponerse por momentos a un rival bastante inferior y, a excepción de la buena actuación del Kun y el desequilibrio de Lionel Messi, Jorge Sampaoli no se llevó muchos aspectos positivos más allá de la victoria.
Para cerrar la pequeña gira por territorio ruso, la Selección enfrentará el martes a Nigeria en Krasnodar, donde deberá sortear el desafío de conformar un equipo sin el crack del Barcelona.
Argentina fue más
En la primera parte, la Selección tuvo altibajos, por momentos le costó entrarle a un rival que se cerró en defensa, aunque mostró paciencia para hacer circular el balón y de esa forma creó tres ocasiones claras.
En los primeros quince minutos, el local presionó alto y forzó errores del conjunto de Jorge Sampaoli, que no se sintió cómodo en esa parte del juego.
Transcurrido ese lapso, Argentina comenzó a tener el balón y trató de hacerlo circular, aunque tuvo como contrapunto que Enzo Pérez y Giovani Lo Celso, dos buenos pasadores, no estuvieron finos ni participaron mucho del juego.
Así, el visitante adelantó líneas, Javier Mascherano y Nicolás Otamendi se sumaron por momentos a la mitad de cancha para tener más opciones de descarga.
En la primera ocasión, Argentina encontró mal parado a Rusia: Germán Pezzella recuperó un balón, metió un pase profundo a Lionel Messi, quien asistió a Ángel Di María, cuyo remate fue tapado por los pies por Akinféev.
Consciente que por momentos estaba aislado, Agüero entendió que debía tirarse atrás y, luego de aparecer en la posición de creador, se fabricó su propia jugada y su tiro desde afuera del área fue desviado por el arquero local.
Cuando se estaba por agotar el tiempo regular, Messi rompió la monotonía con un pase a Otamendi, éste colocó un preciso centro y la volea del Kun fue resuelta por Akinféev.
El gol y no mucho más
En la segunda parte, la Selección estuvo más imprecisa, le costó hilvanar todavía más juego y padeció a una Rusia que se mostró más ambiciosa.
Sin lugar a dudas, uno de los aspectos que deberá resolver Sampaoli de acá al Mundial es encontrar un generador de juego cuando no aparece Messi, quien en las pocas veces que dijo presente, aportó algo distinto como el pase que terminó en centro del ingresado Pavón, para que Agüero convirtiera de cabeza.
Más allá que fue su debut, ese rol no lo cumplió Giovani Lo Celso ni tampoco Alejandro “Papu” Gómez cuando lo sustituyó.
El Kun fue una de las buenas noticias que dejó este amistoso: se tiró varias veces atrás para asociarse con Lionel, se fabricó sus propios espacios y le dio variantes a la ofensiva, además de tener tres chances claras para marcar y un buen pase profundo para Di María, cuya definición se fue ancha.
De los debutantes, Pezzella y Kranevitter cumplieron al mostrarse ordenados y aplicados en defensa, aunque habrá que ver cómo rinden ante un rival de mayor jerarquía.
En esta etapa, Argentina tuvo menos juego asociado y no pudo presionar tanto, al punto tal las ocasiones más claras fueron producto de balones parados, donde se notó a un Otamendi con determinación para atacar y prestancia para defender.
Cuando el empate en cero parecía un hecho, la ecuación la volvió a romper Messi: la figura metió un pase filtrado para Pavón, éste metió un buen centro atrás y Agüero marcó de cabeza luego que Akinfeev le tapara en primera instancia su remate.