Alrededor de la Torre Eiffel hay numerosos parques y jardines que merecen ser contemplados. En medio del río Sena, no lejos de los Campos Elíseos, el turista que visita París entra por un puentecillo en uno de los proyectos más insólitos de los últimos tiempos en la capital francesa: los jardines flotantes.
FRANCIA.- Solo son algunos de los muchos jardines en París que ofrecen un poco de tranquilidad a los turistas. En cuatro recipientes de acero rellenos de tierra crecen plantas autóctonas y desde allí se ve la Torre Eiffel. La ciudad parece estar lejos y al mismo tiempo cerca.
Si uno sigue paseando por la orilla del Sena, se encuentra con una alta pared de cristal que separa el jardín del museo etnológico del Muelle Branly-Jacques Chirac del tráfico ruidoso. Y otra vez el visitante ha encontrado un lugar tranquilo en las dos hectáreas que abarca el jardín del museo. Aquí se alternan arriates de helechos y bambús.
Bajo los árboles se extienden el césped y los arbustos. Junto a ellos hay un estanque con cañas. En la fachada del edificio hay un jardín vertical. Las plantas crecen de forma exuberante en la pared ajardinada subiendo por varias plantas hacia el cielo. Actualmente, el ayuntamiento de París promueve de forma intensiva el ajardinamiento de fachadas y tejados.
Totalmente escondido en el barrio de Marais se encuentra el Jardín Ana Frank, que está dividido en tres secciones. El visitante pisa primero uno con un diseño moderno. Enseguida se encuentra delante de un castaño blanco que Ana Frank describe en su famoso diario como fuente de consuelo.
Un árbol de la esperanza
Detrás de unos muros se abre la segunda sección. El soportal, sobre el cual crecen rosas, es típico del estilo clásico francés. En la tercera parcela juegan niños junto a arriates comunitarios, un pequeño idilio en medio de patios traseros que forma parte del movimiento Urban Gardening (jardinería urbana).
No muy lejos, directamente enfrente del espectacular edificio nuevo del centro comercial y de ocio Les Halles, está surgiendo el proyecto verde más reciente de París: el Jardín Nelson Mandela, que es más bien un lugar ajardinado en vez de un auténtico jardín. Un anillo de escalones de hormigón enmarca una pradera con plantas leñosas.
Otro nombre famoso ha sido asignado a uno de los jardines más modernos de París: el Parc Clichy-Batignolles Martin Luther King. En un recinto ferroviario cerrado está surgiendo un nuevo barrio con el espacio verde más grande en el noroeste de la ciudad.
Para sumergirse realmente en un espacio verde salvaje, los turistas en París bajan una escalera cerca de la estación de Porte de Versailles. Allí, el camino desciende hacia la antigua vía ferroviaria Petite Ceinture. Este pequeño “cinturón” alrededor de París se cerró en 1934. Desde entonces, plantas silvestres han ido cubriendo el terreno. Fuente: Viajes Boletín.