Encanto y extraordinaria belleza, esta tierra no se parece a ningún otro lugar entre rutas naturales y recorridos interiores de reflexión en busca de sensaciones únicas: Cerdeña inspira el cuerpo y la mente.
CERDEÑA.- Este destino es una isla de gran tamaño localizada en el Mar Mediterráneo. Políticamente es una isla autónoma pero con estatus especial de la República de Italia y es considerada la cuarta isla más grande de Europa, este territorio tan peculiar tiene una historia rica en civilización prehistórica-romana y esto se ve reflejado en la gran cantidad de monumentos y estructuras que aún se mantienen como paradas turísticos. No se parece a ningún otro lugar. Esto lo escribían sobre Cerdeña los primeros viajeros del pasado, explicando su emoción ante esta tierra que aflora lentamente del mar y su espectacular naturaleza incontaminada. Una tierra donde brilla una luz intensa. Montañas imponentes que descienden hacia el mar creando una gran variedad de paisajes costeros: acantilados esculpidos por el viento, playas larguísimas, bahías escondidas por la maquia mediterránea, dunas de arena recubiertas de lirios blancos.
Entre las numerosas propuestas para unas vacaciones en Cerdeña, muchas de ellas ideales para cualquier tipo de visitante, destacan algunas que permiten conocer sus características más íntimas y descubrir su alma profunda, por lo que son perfectas para quienes buscan paz interior y calma espiritual. Decenas de escritores famosos de todo el mundo, tras pasar unas vacaciones en Cerdeña, han elegido la isla como refugio donde vivir tranquilamente, alejados del estrés. Siguiendo los pasos de los escritores de ayer y hoy, te invitamos a recorrer los caminos que llevan al corazón de la isla. Visita los pueblos del interior y conocerás la hospitalidad de los sardos y los sabores de su auténtica cocina, acompañada por un buen vaso de vino cannonau o de licor de mirto.
Escucha el canto coral sardo, llamado cantu a tenore, y el sonido arcaico de las launeddas, una especie de clarinete de tres tubos. Participa en los ritos de las fiestas paganas y religiosas cuyos orígenes se remontan a muchos siglos atrás y únete a los cantos y bailes populares que se celebran en las plazas. Déjate llevar por el ritmo junto a los habitantes de los pequeños pueblos del centro de la isla. Su música es la expresión de un patrimonio cultural inmenso y milenario. Entre experiencias mágicas y misteriosas, descubrirás una isla insólita, donde el tiempo parece haberse detenido y donde la vida sigue el ritmo ancestral de la naturaleza.
Cerdeña ofrece rutas para recorrer en solitario, ideales para quienes desean meditar y encontrarse consigo mismo, perdiéndose entre sus bellezas naturales. Tanto si te alojas en un hotel con todas las comodidades como si vas con la mochila a la espalda, quizás con un libro y algún producto típico para saborear al lado de una hoguera, que ilumina la noche igual que las estrellas. De tu estancia quedarán, imborrables y bien guardados en la memoria, los recuerdos de muchos momentos de contemplación de la naturaleza y de integración con ella. Lugares que alimentan el espíritu. Todo el año, en paisajes sugestivos y silenciosos, es posible buscar y encontrar el equilibrio mental y físico. Esta es el alma profunda de Cerdeña.
La voz silenciosa de los murales de Orgosolo
Descubriendo los murales, pinturas que caracterizan las fachadas de las casas del centro de Cerdeña y que, a partir de la segunda mitad del Siglo XX, se han convertido en un original medio de comunicación y de protesta.
Cada uno con su propio estilo, los murales de Orgosolo son fruto de un fermento intelectual todavía vivo, de un territorio culturalmente en ebullición, rebelde y políticamente activo. El centro de la Barbagia permite conocer una Cerdeña antigua y atemporal, rodeada por una naturaleza exuberante e incontaminada. En cada casa, en cada pared, hay un mural: un paseo por las calles del pueblo se transforma en una lectura atenta de las expresivas pinturas realizadas al fresco en cualquier superficie de piedra, acompañada por el tradicional cantu a tenore. Con sus imágenes expresivas y evocadoras, Orgosolo dialoga y crea vínculos con sus habitantes y visitantes.
Con su intensidad e inmediatez, los murales sardos se han usado como un eficaz medio de comunicación. La técnica pictórica de Orgosolo, surgida en el Siglo XX gracias a la vena artística de un grupo de anarquistas en lucha, fue recuperada durante la Resistencia y se difundió rápidamente entre los pueblos cercanos, logrando un éxito indiscutible. Hoy, la tradición de pintar murales se mantiene en numerosos pueblos de la Barbagia y ha convertido a Orgosolo en un auténtico museo al aire libre de fama internacional.
Centenares de murales colorean las calles de Orgosolo y narran los usos y costumbres, la cultura y el íntimo disentimiento de sus habitantes. La vivacidad de los años sesenta y setenta favoreció el desarrollo de los murales colectivos que, todavía hoy, describen con todo lujo de detalles la vida de los campesinos y las luchas de poder, alternando temas socio-políticos con temas que ilustran la vida cotidiana: mujeres trabajando, hombres a caballo, pastores… El escenario de Orgosolo no tiene edad y merece una visita al menos una vez en la vida.
Acerca del pueblo
Orgosolo surge en el corazón de Barbagia del Supramonte. El territorio fue habitado desde épocas antiguas, como testimonia la presencia de las domus de janas, las tumbas de los gigantes y los nuragas de Su Calavriche, Mereu y Gorropu
Al final del siglo XIX, el nombre de Orgosolo se difundió por Europa debido a los numerosos epidosios del llamado bandidismo. El director Vittorio De Seta, en su película Banditi a Orgoloso (1961), describe la dura lucha de los campesinos y pastores por la defensa de las tierras contra las expropiaciones por parte del Estado.
Una característica del municipio son los muros pintados en las fachadas de las casas y en las rocas alrededor de la localidad, con contenidos sociales, artísticos y políticos.
El coro tenor, el tradicional coro coral de Barbagia es patrimonio de la humanidad por sus aspectos ancestrales, a día de hoy, bajo tutela de la UNESCO.
Para los apasionados del trekking, se recomienda la excursión en el Bosque de Montes, donde se encuentran “ls pinnettos”; es decir, antiguas cabañas de pastores utilizadas como refugios. También es posible visitar el Museo Natural del Supramonte.
El 15 de agosto, se celebra la Asunta con un pintoresco desfile y procesión de trajes tradicionales por las calles del municipio. Los festejos terminan con Sa Vardia, la carrera de caballos sobre el asfalto de la ciudad, muy atractiva para los turistas. Debe visitarse la iglesia de San Pedro, el patrón del municipio y; en particular, su campanario del siglo XV. Fuente: Sardegna turismo.