Visitar el parque es una invitación a revivir una parte de nuestra historia

Una laguna poblada de flamencos, que se destacan por su color, a la que se llega por un senderito de 300 metros de fácil tránsito y acceso es otro de los atractivos de Luro.

Para los buscadores de experiencias nuevas, los amantes de la naturaleza y apasionados por la aventura. La Pampa los espera con variadas ofertas que van desde turismo de aventura, rural, de salud, turismo de eventos entre otros.

LA PAMPA.- Quienes tengan la necesidad de vivir la naturaleza “en vivo y en directo”, poniendo prueba sus propios límites… Ubicada al sureste del departamento Toay, a 35 km al sur de la ciudad de Santa Rosa, sobre la Ruta Nacional Nº 35, se encuentra la Reserva Parque Luro, en la provincia de La Pampa.

La Reserva Provincial Parque Luro es un área protegida de 7.607 hectáreas destinadas a la conservación del Ecosistema del Caldenal, única formación boscosa en el mundo. Aquí se pueden apreciar tres ambientes naturales característicos de la provincia de La Pampa: el bosque, la laguna y el medanal.

Representa la mayor área remanente protegida del ecosistema del bosque de caldén en la provincia de La Pampa. También se halla incluida la comunidad del pastizal de médano que alberga numerosas especies típicas de ese ambiente.

Para los amantes de la historia, es bueno recordar que Parque Luro se presenta como una opción imperdible. Los orígenes del que fuera el coto más grande del mundo, se encuentran ligados a la generación del ’80 y a la Belle Epoque.

La experiencia le permitirá al visitante acceder al emprendimiento de Don Pedro Luro, su primer propietario. Es imperdible la visita guiada al edificio que fuera su residencia, hoy museo «El Castillo», monumento histórico nacional.

Tenga en cuenta que se debe adquirir la entrada en el Centro de Interpretación y de allí, a cada hora parte el grupo para realizar la visita. Los mismos son de 20 personas como máximo y el recorrido tiene una duración aproximada de 50 minutos. Se recomienda adquirir su entrada apenas se ingresa a la Reserva, ya que los cupos son limitados.

El recorrido incluye la visita a la sala de carruajes, al tambo modelo, al tanque del millón, construcciones notables de la época del propietario.

Una mirada diferente

La reserva natural posee alrededor de 160 especies de aves, de las cuales, según la época del año en que se realice el avistaje, se pueden reconocer aproximadamente 40.

La práctica del avistaje requiere de la presencia de un guía de campo que es el encargado de conducir, informar y seleccionar los lugares y momentos mas apropiados para la observación.

El visitante puede realizar esta práctica en cualquier época del año. Cuando llega la primavera el parque se engalana con los trinos, los brillantes plumajes nupciales y los vuelos inquietos, de una naturaleza que resurge. En verano la vida nueva se multiplica en infinidad de pichones. En otoño e invierno grandes bandadas formadas por individuos de distintas especies y las aves migratorias; que escapan del frío de la cordillera, surcan el cielo pampeano emigrando hacia lugares cálidos.

 

Una verdadera aventura

En época de celo, entre marzo y abril, el espectáculo mayor lo brindan los ciervos colorados (especie introducida por Luro) que se movilizan hacia donde están las hembras emitiendo sonidos que se conocen con el nombre de «brama». Durante este tiempo los machos dominantes conseguirán su harén para aparearse y lucharán con sus rivales para conservarlo.

“El Castillo”

Destacado como atractivo cultural, es Monumento Histórico Nacional, junto a otras edificaciones históricas (Tanque del Millón, Tambo Modelo y Museo «San Huberto»). Esta casona es un típico chatêau, ligado a la generación del ’80 y a la belle epoque. Es importante por haber sido, a principio del siglo XX, el primer Coto de Caza del país, y también por haber sido la sede de las primeras reuniones por la provincialización de nuestro territorio. La Casona fue realizada en dos etapas, siendo la parte central la construcción más antigua realizada por Pedro O. Luro entre 1907 y 1911.

Adosada al sur se hallaba una construcción totalmente hecha en madera donde funcionaba el comedor, la sala de juegos y la sala de armas. Luego esto fue desarmado por su segundo propietario Antonio Maura y Gamazo, quien agregó dos alas laterales en mampostería. Actualmente se realiza una visita guiada por el interior de la casona, con una duración aproximada de 50 minutos.

Una de las curiosidades a visitar es el Tanque del Millón, que se encuentra ubicado al norte del Museo El Castillo en una de las zonas más elevadas de la Reserva. Tiene forma oval y es de material con piso de cemento y bordes almenados en todo su alrededor. Por su lado sur hay una construcción de material con escalinata de acceso y peldaños que penetran bajo el nivel del agua. Posee 2,50 metros de profundidad y una capacidad de 2.000.000 de litros. Desde aquí Luro abastecía de agua a la mayor parte de las instalaciones del establecimiento.

El Museo «San Huberto»

Antiguamente, las personas que llegaban a San Huberto se trasladaban en tren hasta una subestación ubicada entre las estaciones ferroviarias de Naicó y Quehué. Desde allí se conectaba un sistema ferroviario de trocha angosta que llegaba hasta la propiedad, específicamente este galpón, que se utilizaba como cochera. Actualmente se ubica una exposición permanente de 15 coches de época, entre los que se destaca el Mail-Coach que perteneciera al Barón Peers de Nieuwburgh.

Esta sala está abierta al público, la visita es autoguiada, pero con la presencia de personal responsable al que se puede consultar sobre más información. Fuente: Subsecretaría Turismo – La Pampa.