RIO GRANDE.- A este juicio por el delito de robo calificado llegan en calidad de detenidos José Andrés Acosta Medina de 23 años y Erica Amarilla de 27, como coautores del hecho, por el cual el fiscal Pablo Candela les imputó el asalto al remisero Martín Leguizamón, ocurrido el 26 de septiembre del año pasado.
Tras la acusación, la imputada Erica Amarilla accedió a brindar declaración indagatoria en la que reconoció haber tomado parte del viaje para ir a ver a su novio en la Margen Sur, y que Acosta Medina la acompañó, asegurando que a este lo conocía de alquilar una vivienda en el inquilinato que tiene en lo que era su domicilio.
La mujer aseguró que al final del viaje se vio sorprendida por Acosta Medina que se arrojó sobre el remisero con un cuchillo, por lo que salió corriendo del remis hacia lo de su novio, de donde luego salió de discutir con este y fue detenida. La mujer ratificó, entre algunas contradicciones, que nunca supo nada de que se iba a cometer este ilícito.
Los imputados lloraron
Acosta Medina, por su parte, habló de un difícil pasado en su Tucumán natal, del cual llegó en 2012 a Río Grande “para laburar, yo no soy un delincuente” dijo, pero reconoció haber asaltado el remisero buscando exculpar de todo cargo a su compañera de causa. Así, aseguró “Amarilla no tiene nada que ver, yo ataqué al remisero” señalando que “estuve alcoholizado y estoy arrepentido” dijo; ofreciendo pedir disculpas a la víctima.
Finalmente señaló que lamentó lo que hizo pasar a la víctima y a su compañera de causa, ya que durante la etapa de detención de la mujer “lo que le pasó al papá de ella lo lamento mucho”, dijo sollozando, mientras Amarilla rompió en llanto al lado de su defensor.
Remisero complicó a ambos
La estrategia de las defensas chocó con una sólida testimonial del remisero asaltado, el por entonces chofer del interno 172 de Remis Chacra, que aseguró que esa madrugada tomó el viaje en la zona de la Plaza de los Animales, resultando ser la pareja imputada, a los cuales reconoció en la sala de juicio.
Señaló que dialogaron durante el viaje, en el cual la imputada Amarilla “forzaba una tonada como paraguaya” asegurando ser de esa nacionalidad y ofreciéndole sexo a cambio de dinero, mientras que Acosta Medina aseguraba haber llegado desde Tucumán.
Leguizamón testificó que al llegar al destino, en el asentamiento, el hombre se le abalanzó con un cuchillo, mientras que la mujer le practicó varios cortes en la cabeza con otra arma blanca desde atrás, asegurando que hubo un forcejeo hasta que pudo zafarse y bajarse del auto.
Aseguró “el hombre bajó y venía siguiéndome tirando puntazos, pensé me iba a matar porque actuaba muy violento y atiné a defenderme”, señalando que finalmente en una parada de colectivos le entregó el dinero y su celular, el que reconoció secuestrado en el marco de la causa, siendo incautado a Acosta Medina cuando fuera detenido en el paso fronterizo de Monte Aymond.
