Cerca de 700 gramos de marihuana llegaron vía postal desde Misiones a la ciudad de Río Grande, donde personal de Aduana detectó el cargamento disfrazado en cajas de celulares. Se reservó el cargamento por varios días pero el responsable nunca pasó a retirarlos y la Justicia Federal nunca permitió notificarlo.RIO GRANDE – La marihuana venía compactada en varias cajas conteniendo aparentemente celulares que fueron despachados desde Misiones, vía Correo Argentino.
Personal de Aduana detectó la irregularidad tras lo cual se dejó el cargamento bajo un seguimiento discreto, pero el destinatario nunca pasó a buscarlo.
La droga tenía un domicilio y un nombre que no coincidían entre sí, pero las autoridades de la Justicia Federal actuó en forma garantista y no permitió notificar la disponibilidad del envío, en el supuesto inmueble denunciado en la encomienda.
Para fundamentar el rechazo de la medida investigativa, desde el Juzgado con competencia, aplicó un criterio judicial de que se “inducía” a concretar la maniobra narco, lo que con ese garantismo impidió a las fuerzas de seguridad llegar a determinar quien era el destinatario del cargamento.
La droga ya quedó incautada para su destrucción, y el receptor, a pesar que ya estaría identificado por distintas tareas de inteligencia que se desarrollaron esos días; quedó impune.
Con este nuevo caso, la propia Justicia Federal termina siendo el principal obstáculo para desbaratar una maniobra narco, cuando muchas veces se aduce a la labor de los medios de comunicación como principal inconveniente para que las investigaciones lleguen a buen puerto.