El Tribunal de Juicio condenó a Aldo Javier Núñez por homicidio doblemente calificado y le dio prisión perpetua. El imputado, en sus últimas palabras, continuó sosteniendo un relato inverosímil de un complot policial para incriminarlo, que no se condice con ningún elemento probatorio o testimonio. El juicio terminó sin que Núñez mostrara el menor signo de arrepentimiento.
RIO GRANDE.- El fallo fue leído por el presidente del Tribunal de Juicio, Dr. Juan José Varela, quien dio cuenta de la condena a prisión perpetua para el imputado Aldo Javier Núñez de 34 años, por el crimen de Nilda Mabel Núñez de 25, en junio del año pasado.
Los jueces aplicaron la calificación solicitada desde las acusaciones, del delito de “homicidio agravado por el vínculo y por tratarse de violencia de género”, siendo el primer caso que obtiene esta figura en la historia penal de la provincia.
Núñez escuchó el fallo imperturbable y tras el mismo se retiró de la sala con su guardia del Servicio Penitenciario, sin manifestación alguna de arrepentimiento a lo largo de estas semanas de proceso.
Los fundamentos del fallo se darán a conocer el 28 de junio próximo.
Una historia desde la cobardía
Con un marco probatorio contundente en su contra, Aldo Núñez decidió utilizar ayer por la mañana la posibilidad de brindar sus últimas palabras antes de que el tribunal pasara a deliberar el veredicto.
Aún a sabiendas de que la suerte estaba jugada en su contra mantuvo su discurso dubitativo y desconcertante en el que volvió a sostener que Nilda Núñez le había pedido permiso para viajar a Río Grande, asegurando que fue “obligado” a realizar la exposición policial para su búsqueda.
En estos dos aspectos lo contradicen todos los vecinos y allegados de la casa de Nilda, a quienes les brindó hasta tres versiones distintas de porqué no estaba la mujer, pero Núñez siguió empecinado en un relato cargado de cinismo.
A esto agregó nuevos elementos que nunca mencionó en un año de proceso judicial, como que en el allanamiento en la vivienda donde estaba, los policías ingresaron una bolsa negra y que lo obligaron a leer un cartel para dar la ubicación de la valija con el cuerpo desmembrado de Nilda.
Con esto intentó justificar cómo apareció una pierna de la mujer debajo de la única cama de la vivienda, intentando plantear dudas respecto del accionar policial; aunque este elemento de la bolsa negra nunca lo había dado a conocer.
En ese sentido volvió a plantear la teoría del complot policial en Tolhuin: “Todo el mundo sabía que tenía un romance con este policía”, dijo respecto de la relación de Nilda con un efectivo, agregando directamente que “fueron ellos quienes la mataron”.
Dijo que el hijo que esperaba Nilda era del efectivo policial y no de él, contradiciendo una prueba de ADN que es una prueba irrefutable que indica que Aldo Núñez era el padre del malogrado embarazo.
Núñez mantuvo sus cobardes mentiras hasta los instantes previos de lo que él mismo presumía iba a ser el final del juicio con una inexorable condena.