Una de las preguntas más frecuentes de las futuras mamás en este momento es si pueden amamantar teniendo COVID-19. Y la respuesta es que sí, las pruebas están profundamente a favor de la lactancia materna. Los consejos de los expertos de cómo llevar a cabo una lactancia segura en tiempos de pandemia.
BUENOS AIRES.- El 1° de agosto comenzó la Semana Mundial de la Lactancia Materna, fecha instaurada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF para apoyar esta práctica y generar concientización de los beneficios de la lactancia materna tanto en el niño como en la mamá.
En este contexto de pandemia una de las preguntas más frecuentes de las mamás y futuras mamás es si pueden o no amamantar con COVID-19 y cómo hacerlo.
Los expertos aseguran que no hay razón para interrumpir la lactancia como consecuencia del virus, ya que el contacto piel a piel y la lactancia temprana y exclusiva, ayuda al bebé a desarrollarse. Hasta el momento, no se han detectado casos de transmisión de COVID-19 a través de la leche materna ni de la lactancia.
La Dra. María Fernanda Lage, obstetra en el Hospital Italiano de Buenos Aires y coautora del libro “Las preguntas de la embarazada”, explicó cuáles son los beneficios que aporta la lactancia: “Para el niño, el factor nutricional de la leche materna es fundamental, es el mejor alimento que puede recibir. Los bebés que son alimentados con leche materna tienen menos incidencia de sobrepeso, obesidad y enfermedades crónicas como la diabetes” y agregó “Además, la leche materna genera anticuerpos que protegen al bebé de muchas infecciones, entre ellas pueden combatir la infección de la COVID-19, incluso si ha estado expuesto al virus”.
La lactancia también es recomendada para cuidar la salud de la mamá luego del parto, ya que disminuye el sangrado post nacimiento y el riesgo de depresión postparto, y porque genera un vínculo único entre el niño y su madre.
Para una lactancia segura hay que tener en cuenta:
-Higienizarse siempre antes de amamantar.
-Lavarse las manos antes y después de estar en contacto con el bebé.
-Usar barbijo y al toser o estornudar taparse la boca con en el pliegue del codo o con un pañuelo descartable, descartarlo de inmediato.
-Limpiar y desinfectar regularmente las superficies que más se tocan, como las manijas de las puertas.
Maternidad en pandemia
Mamás sin COVID-19: Durante la estadía en la institución de salud pueden estar acompañadas por la persona que elijan. Ambos tienen que usar tapabocas en las áreas comunes de la institución o cuándo hay un tercero en la habitación (no es necesario que lo usen cuando están solos en el cuarto). Deben aplicar las medidas generales de higiene y prevención.
Mamás con COVID-19: El recién nacido en este caso lo más probable es que sea sano. Como hay que evitar la transmisión y el bebé tiene un sistema inmunológico poco desarrollado en ese momento, la mamá tiene que estar lo más alejada posible, pero si bien pueden estar en la misma habitación, es el acompañante quien tiene que hacerse cargo de los cuidados esenciales, más allá del amamantamiento. Es decir, cambiar pañales, hacerlo dormir a upa, etc. Siempre con barbijo, lavado de manos, y en el momento de amamantar la mamá también tiene que lavarse las manos y usar barbijo.
¿Podré amamantar?
Según la Dra. Lage, coautora del libro “Las preguntas de la embarazada”, del hospital ediciones del IUHIBA, una de las dudas que más se escuchan en los consultorios provenientes de las embarazadas, es si van a tener leche suficiente para amamantar a su bebé luego de parto.
“Es importante aclarar que al comienzo la leche es transparente, se llama calostro, y la cantidad puede parecer poca, pero en realidad es la adecuada a la necesidad del bebé en los primeros días de vida. A veces, las mujeres creen que no producen suficiente leche y muchas se frustran y dejan la lactancia” explicó la Dra. y agregó “por este motivo es fundamental el trabajo del equipo de salud, educando e informando a las mujeres sobre los beneficios inmunológicos que posee el calostro y esclareciendo las dudas que surjan para contribuir en la disminución de la tasa de abandono o frustración”.
Por otra parte, los casos en los que está contraindicada la lactancia son muy pocos y se presentan cuando la mamá tiene alguna enfermedad que se podría transmitir mediante la leche materna, como HIV, o esté tomando alguna medicación que sea imprescindible para su salud pero sea contraindicada con la lactancia.
“Cualquier otra mujer que no presente estas características es capaz de amamantar, sólo debe desearlo y entender que la lactancia es un proceso que en algunas ocasiones cuesta más que en otras, pero con paciencia y perseverancia todas la mujeres pueden amamantar”, concluyó la Dra. Lage.