AMIA inaugura la muestra fotográfica “Veinticinco”. Será exhibida en agosto en la sede del CCK en Buenos Aires, y en noviembre en París.
BUENOS AIRES.- En una nueva acción contra el olvido, para renovar el reclamo de justicia y denunciar la impunidad a 25 años del atentado, AMIA inaugurará el 27 de junio, en el Consulado General Argentino en New York, “Veinticinco”, la muestra fotográfica integrada por 38 imágenes que proponen dimensionar el horror causado por el terrorismo, y sus drásticas consecuencias en la vida de centenares de personas.
Producida por AMIA, con el apoyo del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la Nación y el Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos (SFMyCP), la muestra será exhibida en agosto en la sede del CCK en Buenos Aires, y en noviembre en París.
En palabras de Ariel Eichbaum, presidente en ejercicio de AMIA, esta iniciativa basada en las fotos del reportero Julio Menajovsky, uno de los primeros en llegar a Pasteur 633 el 18 de julio de 1994, ratifica una premisa central para la institución: “No existe construcción del presente sin el entrenamiento permanente de la memoria”.
Con la idea y curadoría de Elio Kapszuk, director de Arte y Producción de la AMIA, las fotos que integran “Veinticinco” responden con certeza y sensibilidad al desafío de poder dimensionar el paso del tiempo, y de crear puntos de diálogo y contacto entre el pasado y el presente, entre las fotos históricas que Menajovsky tomó ese día y los retratos que se produjeron este año, especialmente para este proyecto, cuando se concretaron 19 encuentros entre distintas personas, cuyas vidas cambiaron para siempre tras el ataque terrorista.
“La falta de justicia provoca que, 25 años después, el atentado siga estando presente, y que un hecho atroz perpetrado en 1994 se siga repitiendo de manera sistemática. Queríamos trabajar sobre esa idea y poder mostrar los efectos de la impunidad de 25 años”, advierte Kapszuk.
Para contar historias del presente y vincularlas con las fotos que se tomaron esa mañana, AMIA convocó a Julio Menajovsky, uno de los primeros reporteros gráficos en llegar al lugar de la explosión en la mañana del 18 de julio de 1994, y cuyas fotos fueron reproducidas en los medios de comunicación a lo largo de estos años.
La muestra demandó siete meses de un minucioso trabajo de investigación y producción. En el estudio que se realizaron los retratos, antes de cada toma, se generó un momento especial de encuentro y conversación profunda entre los protagonistas de las fotos. “En cada uno de los 19 encuentros, se vivió una experiencia singular. Ese microclima único representó el desafío que quise luego plasmar en una sola toma”, señala el fotógrafo.
“Vivimos en un país que no respondió con Justicia a lo que pasó. Espero que esta muestra ayude a tomar conciencia de eso, y a reflexionar acerca de cómo el atentado hoy aún está presente entre nosotros, como las esquirlas que aún están presentes en los cuerpos de muchos sobrevivientes”, concluye Menajovsky.
Historias entrecruzadas
“En estas nuevas imágenes que integran la muestra y que se suman a las tomadas el mismo 18 de julio de 1994, se hilvanan historias que nos siguen recordando que, en tiempos de impunidad, el ejercicio de la memoria tanto individual como colectiva, debe estar indefectiblemente asociado al reclamo de justicia”, remarca Elio Kapszuk.
Las siguientes son algunas de las historias de vidas que conforman “Veinticinco”, el proyecto artístico que AMIA planteó como uno de los caminos para evocar los hechos perpetrados hace 25 años por el terrorismo, y sus consecuencias hasta hoy.
Humberto y Daniel: Cuando explotó la bomba, Humberto Chiesa estaba dentro de su negocio, ubicado frente a la AMIA. Sufrió heridas gravísimas, entre otras la fractura de su cráneo; Daniel, doctor del Hospital de Clínicas, fue quien se lo “reconstruyó”.
Rosa y Paula: Sebastián Barreiros, el hijo de Rosa, tenía 5 años cuando murió en el atentado, la misma edad de Paula, que vivía en el edificio frente a Pasteur 633 y logró sobrevivir.
Cecilia y Hugo: En 2016 se descubrió que la víctima 85 del atentado se llamaba Augusto Daniel Jesús. No había fotos de él y por eso un periodista, publicó, en la revista para la que trabaja, la nota “La triste historia de Augusto, el muerto sin rostro”. Ese artículo llegó a las manos de Cecilia, la prima del joven a quien creía desaparecido desde 1994. Juntos reconstruyeron su historia.
Ana María, Gustavo y Ángel: Ana María es la mamá de Paola, que tenía 21 años cuando murió en el atentado. Estaba en uno de los ascensores del edificio de Pasteur 633: bajaba a buscar un café que le traía Jorge, de 18 años, que trabajaba de mozo en el bar de la esquina. Gustavo y Ángel son sus tíos, la única familia que tenía en Buenos Aires.
Marina, Gustavo, Jonathan y Gustavo: Marina y Gustavo son hermanos de Cristian, que tenía 21 años cuando murió en el atentado. Lo encontraron dos días después entre los escombros. Jonathan y Gustavo son los hermanos menores de Yanina, que tenía 20 cuando la bomba contra la AMIA le quitó la vida: su cuerpo fue hallado a los cinco días. En la durísima espera por novedades, estos cuatro hermanos se conocieron.