ASUNCIÓN (AFP).- El presidente de Boca Juniors, Daniel Angelici, se reunió ayer en privado con su homólogo de la Conmebol, Juan Ángel Napout, horas antes de conocerse el fallo de esa entidad sobre los hechos sucedidos el pasado jueves en La Bombonera, donde fueron agredidos por los hinchas locales los jugadores de River Plate.
La reunión de los dos dirigentes deportivos se dio en la sede administrativa de la Conmebol, en Luque (gran Asunción), donde desde bien temprano dos delegados del club xeneize, entre ellos el secretario general César Martucci, hacían la defensa de la entidad para tratar de buscar una reducción en el castigo que le será impuesto, y que la FIFA ha dicho sea ejemplar.
La Conmebol dio a Boca Juniors hasta las 18:00 del sábado para presentar su descargo y se espera que el Tribunal de Disciplina se expida de inmediato ante la gravedad de los hechos.
“Cualquiera sea la decisión nos perjudica”, sostuvo un abatido Angelici en rueda de prensa el viernes en Buenos Aires.
El dirigente admitió “toda la responsabilidad” por el incidente y prometió “sanciones ejemplificadoras” a los socios involucrados.
A la espera del fallo de la Conmebol, varios hinchas de Boca se apostaron en las afueras del edificio de la entidad, y en conversaciones con la prensa aseguraron, entre otras cosas, que los orígenes y motivaciones del incidente del jueves buscarían una tentativa de desprestigio a la figura del expresidente de xeneize y candidato a la presidencia de Argentina, Mauricio Macri, actual Jefe de Gobierno de Buenos Aires, y al que se encuentra estrechamente ligado Angelici.
El estadio de Boca, la Bombonera, fue clausurado el mismo jueves por la noche tras el vergonzoso ataque a los futbolistas millonarios, rociados con una sustancia tóxica por hinchas de Boca mientras cruzaban la manga para comenzar el segundo tiempo.
El partido por la clasificación a los cuartos de final fue suspendido con el marcador 0-0, y un resultado en el duelo de ida que aventaja a River por 1 a 0.