SAN PABLO (NA).- Tras el golpe que significó la derrota frente a Brasil, la Selección argentina cerró su participación en la Copa América con una sonrisa y un buen rendimiento: le ganó ayer por 2 a 1 a Chile en el estadio Arena Corinthians y logró subirse al podio del certamen, al obtener el tercer puesto.
Si bien no fue la pelea por el título, como en las ediciones de 2015 y 2016, Argentina tuvo su revancha frente a la Roja, su verdugo en aquellas finales.
En una buena primera etapa, en la que mostró lo mejor de su repertorio, el elenco “albiceleste” se puso en ventaja con goles de Sergio Agüero y Mauro Dybala, a los 11 y 21 minutos, respectivamente.
Cuando se jugaban 36 minutos de esa primera parte, el árbitro paraguayo Mario Díaz de Vivar expulsó a los dos capitanes, Lionel Messi y Gary Medel, en una jugada polémica.
En esa acción, ambos se cruzaron al disputar una pelota sobre el fondo de la cancha en zona defensiva de Chile, Medel, que estuvo nervioso desde el inicio del partido, pecheó dos veces a la “Pulga” y amagó a pegarle un cabezazo, mientras que el argentino se mantuvo firme ante la provocación, sin replicarla.
Sin embargo, Díaz de Vivar decidió mostrarles la tarjeta roja a los dos.
Ya en el segundo tiempo, el conjunto trasandino logró el descuento mediante un penal ejecutado por Arturo Vidal, a los 13 minutos, pena máxima que fue cobrada por Díaz de Vivar tras consultar el VAR.
Se trató de otra acción que dejó dudas, ya que la infracción, cometida por Giovani Lo Celso sobre Charles Aránguiz pareció ser afuera del área.
Inexplicablemente, Chile, el vigente bicampeón del certamen, salió en San Pablo a llevarse por delante a la Argentina, aunque de manera literal: con juego brusco, a los topetazos e, inconcientemente, dándole un valor extra al partido que -la mayoría de las veces- nadie quiere jugar. Grosero error. Porque, esta vez, la Selección disputó un gran encuentro. Por lo menos, hasta que dejó de intentarlo y se tiró atrás.
Antes de la primera media hora de juego, Argentina ya se había puesto 2-0 arriba con dos grandes tantos de Sergio Agüero y Paulo Dybala, precedidos por dos también grandes asistencias de Lionel Messi y Giovani Lo Celso, respectivamente.
En el complemento, Argentina mantuvo la intención de buscar el arco rival y se acercó en un par de ocasiones, aunque sin fortuna. El que tendría la mejor oportunidad sería Chile, gracias al VAR. El árbitro recurrió a la pantalla para revisar una infracción de Lo Celso a Aránguiz sobre la línea del área y cobró la pena máxima: Vidal ejecutó con potencia al medio y descontó.
De ahí en más, la Selección optó por un planteo más recatado, casi flagelante, y dejó llegar a los chilenos hacia el arco de Armani, quien tuvo un par de buenas intervenciones. Mientras tanto, Scaloni metía mano en el banco para realizar algunos de sus clásicos cambios: Di María por Dybala (quien dejó varios insultos en el camino hacia los asientos), Suárez por Agüero y, sobre el final, Funes Mori por Lo Celso.
Argentina se jugaba a liquidar la historia de contragolpe y sufrir en defensa los últimos minutos. Aunque ese sería un pesar sólo justificable por la poca distancia en el marcador ya que, en la práctica, Chile no tuvo ideas para lastimar a la Selección, más allá de las infracciones. Así, el tercer puesto fue para Argentina, que se fue de la Copa América con un triunfo y, aunque no es suficiente consuelo, hace rato no sucedía.