Ocupaban un Chevrolet Corsa que evadió la directiva de la Policía de parar en el control de José Menéndez. Así, siguieron viaje por la ruta 3 representando un riesgo para ellos mismos y para terceros. Finalmente se despistaron y fue un milagro para que no ocurriera una tragedia. Hubo una cuestionable orden de autoridades policiales que frenó a un patrullero que pretendía darles alcance para pararlos.
RIO GRANDE.- El hecho tuvo lugar en la mañana de ayer cuando un Chevrolet Corsa pasó por el puesto de control de José Menéndez, eludiendo la labor del personal policial y de los integrantes de la Dirección Provincial de Tránsito.
Los efectivos de la Policía advirtieron que los dos ocupantes del rodado estaban con evidentes signos de estar bajo los efectos del alcohol, pero cuando intentaron hacerlo detener, el conductor aceleró más el vehículo y se dio a la fuga, siguiendo viaje por la ruta, representando un riesgo para ellos mismos y para terceros.
Llamativamente, el puesto policial de José Menéndez carece de un móvil y la Dirección de Transporte tampoco contaba con una unidad en ese momento, por lo que se tuvo que solicitar refuerzo y la presencia de un patrullero que debió trasladarse desde la Comisaría Segunda hasta ese sector de la ruta 3.
Pero, cuando el móvil de la Policía se aprestaba a iniciar una persecución del automóvil, desde la Comisaría se le ordenó desistir de esa medida y en su reemplazo dieron la directiva que en el puesto de control de Tolhuin se proceda a la detención del automóvil. Una decisión cuestionable, ya que se puso en riesgo la vida de los ocupantes del Corsa y también de otros automovilistas que viajaban por la ruta.
Finalmente automovilistas y estancieros que llegaban al puesto dieron cuenta minutos después que el vehículo estaba despistado al costado de la ruta frente al ingreso de la complementaria F, en la zona de Cabo Peñas. Incluso, un camionero aseguró que debió esquivar a las dos personas que iban en el auto, quienes cruzaron la ruta para intentar hacerlo frenar.
Allí recién un móvil se dirigió a la zona para identificar a los dos ocupantes del auto; el conductor Nahuel Andrés Boedo dio 1,23 en el test de alcoholemia y su acompañante, Roberto Soto, dio 1,82; quedando detenidos contravencionalmente, rescatándose luego el automóvil que estaba al costado de la ruta.
Cabe señalar que por un milagro este hecho no terminó en un siniestro vial más grave. De no haber sido porque se despistaron, representaban un peligro para muchas personas que circulan con sus vehículos en la ruta 3, entre Ushuaia, Tolhuin y Río Grande.
Lo llamativo de todo esto es el criterio usado por la autoridad policial de la comisaría Segunda, que al desalentar la medida preventiva de perseguir al vehículo y frenarlo, dejó librado al azar la suerte de los dos ocupantes borrachos del auto y la de cualquier automovilista que pudiera cruzarlos en ruta.