«Rompamos las cadenas que nos impone el acuerdo alcanzado por el gobierno de Mauricio Macri con el Fondo Monetario Internacional, que sólo le ofrece a nuestro pueblo un destino de miseria planificada», expusieron en un documento las organizaciones que convocaron la marcha.
BUENOS AIRES (NA).- Bajo la consigna «La Patria no se rinde», agrupaciones kirchneristas, partidos de centroizquierda, movimientos sociales, sindicatos, organismos de Derechos Humanos y artistas protagonizaron ayer una concentración por el Día de la Independencia en el centro porteño, donde abundaron filosas críticas al Gobierno y al Fondo Monetario Internacional (FMI).
La convocatoria le dio continuidad a la realizada el pasado 25 de mayo frente al Obelisco, cuando recién se había dado a conocer la intención del Gobierno de ir a un acuerdo de financiamiento con el FMI.
Participaron, entre otros, Alejandra Darín, Gerardo Romano, Marina Glezer, Luisa Kulliok, Carolina Papaleo, Cristina Banegas, Juan Palomino, Patricio Contreras y Paola Barrientos.
Los movimientos sociales y fuerzas políticas de centroizquierda enmarcadas en el frente «En Marcha» tuvieron su propia columna, que luego confluyó con Unidad Ciudadana en el mismo acto. Una tercera pata importante del mosaico social que dejó la postal de la jornada fue la de los sindicatos, no casualmente los que oponen mayor nivel de confrontación al Gobierno nacional, como las dos CTA (la de Hugo Yasky y la de Pablo Micheli) y el secretario adjunto de Camioneros, Pablo Moyano, a quien se lo vio cerca de su hermano Facundo Moyano.
Duro documento
La movilización culminó con un acto breve en la que los actores Romano y Papaleo leyeron un duro documento político en el que instaron a «romper las cadenas» del endeudamiento que se engrosará a partir del empréstito por más de 50.000 millones de dólares contraído con el FMI.
Los firmantes del documento consideraron a la deuda externa contraída por el gobierno de Mauricio Macri como «ilegal e ilegítima», y que «ha tenido como destino exclusivo engrosar los balances de un puñado de grandes corporaciones. Que la paguen ellos, y no vengan nunca más a recurrir al sacrificio de los humildes y explotados».
Para las organizaciones que consensuaron el documento, «hoy gobiernan los agentes financieros de las corporaciones extranjeras, gobiernan los especuladores que hacen de la riqueza generada por las trabajadoras y los trabajadores un botín para alimentar la evasión, la fuga de capitales y la timba financiera».
También hubo alusiones al proceso de «colonización británica» sobre las Islas Malvinas, la protección de los recursos naturales y de las tierras de comunidades originarias, un freno a los tratados de Libre Comercio, a favor de la despenalización del aborto, críticas al «patriarcado» y a los «tarifazos», y propuestas programáticas para nacionalizar la banca y el comercio exterior.