MADRID (AFP).– La derrota del Barcelona ante la Real Sociedad en Anoeta (1-0), ayer en la 32ª jornada de la Liga, dio vida al Atlético y Real Madrid, que ganaron sus respectivos partidos y pueden soñar ahora con el título.
Pese a todo, el Barça aún tiene una ventaja de tres puntos con respecto a los colchoneros y cuatro sobre los madridistas y le tiene ganado a ambos el gol average, cuando quedan por disputar seis fechas.
Luis Enrique alineó un equipo con cuatro jugadores no habituales pensando en el partido de vuelta de la Champions el miércoles ante el Atlético de Madrid.
De los cuatro cambios (Sergi Roberto, Arda Turan, Rafinha y Munir) solo la presencia de este último estaba justificada por la ausencia del goleador uruguayo Luis Suárez, que no viajó a San Sebastián al estar sancionado.
El Barcelona, como siempre, tuvo el control del juego, pero fue incapaz de inquietar a una Real que se defendió muy bien y que salió con peligro a la contra.
La Real se adelantó de inicio, con un gran cabezazo del joven Mikel Oiarzabal, 18 años, tras un centro desde la derecha del capitán Xabi Prieto (5).
Messi y Neymar nunca parecieron encontrarse cómodos en el campo y apenas crearon peligro, salvo un tiro libre del brasileño que se fue fuera por poco (63) y otro derechazo del argentino que detuvo su compatriota Gerónimo Rulli (74).
Antes el Atlético remontó ante el Espanyol (3-1), que se adelantó con un gol del senegalés Pape Diop (29) y acabó dando la vuelta al marcador con goles de Fernando Torres (35), del francés Antoine Griezmann (58) y de Koke (89).
Confianza
En el primer partido de ayer, el Real Madrid no tuvo problemas para golear al Eibar (10º), pese a que el técnico Zinedine Zidane comenzó con un equipo inicial en el que solo repitieron tres de los jugadores que ganaron hace una semana en el Camp Nou, pensando en el partido del martes contra el Wolfsburgo por la Champions League.
En una buena primera parte, el colombiano James Rodríguez (5), Lucas Vázquez (18), Cristiano Ronaldo (20) y Jesé Rodríguez (39) fueron los autores de los goles madridistas, que se limitaron a controlar el juego en el segundo tiempo.