Benzema metió al Real en su tercera final consecutiva

El francés Benzema festeja con sus compañeros uno de sus dos tantos en el Bernabéu.

MADRID (AFP).– El Real Madrid buscará su decimotercera Copa de Europa tras clasificarse ayer para su tercera final de Champions consecutiva, pese a empatar 2-2 con el Bayern Munich en la vuelta de semifinales del torneo continental, con doblete de Karim Benzema.

El Bayern se adelantó con un gol de Joshua Kimmich (3), pero equilibró Benzema de cabeza (11) antes de hacer el 2-1 al aprovechar un fallo del arquero en una cesión (46), aunque James Rodríguez puso el 2-2 definitivo (63).

El equipo blanco hizo buena su victoria 2-1 en la ida para poner un 4-3 a favor en el global de la eliminatoria y buscará su tercera orejona seguida contra el vencedor de la otra semifinal, que enfrenta hoy a la Roma con el Liverpool.

Los blancos, que buscarán en Kiev el 26 de mayo su cuarto título europeo en los últimos cinco años, acabaron llevándose un partido muy igualado, en el que el Bayern salió decidido a llevarse el encuentro.

Los hombres de Jupp Heynckes buscaron hacer daño por los costados, especialmente por la izquierda, donde Franck Ribery y David Alaba, apoyados por James Rodríguez, pusieron a prueba a Lucas Vázquez, reconvertido en improvisado lateral.

El Bayern pegó primero

Los primeros minutos fueron de dominio visitante en el Santiago Bernabéu con un Bayern que presionaba, recuperando cerca del área contraria.

Pronto, un centro desde la derecha lo despejó mal Sergio Ramos y Kimmich aprovechó el balón suelto para hacer el 1-0 (3), aunque la alegría bávara apenas duró unos minutos.

Los que tardó Marcelo en poner un centro desde la izquierda para que Benzema cabeceara en el segundo palo al fondo de las redes alemanas (11).

El delantero galo, suplente en la ida, fue el héroe de su equipo, saliendo como escudero de Cristiano Ronaldo, quien, al igual que en Munich, no logró marcar.

El partido fue un auténtico intercambio de golpes entre dos equipos volcados en ataque, aprovechando el sufrimiento mutuo en defensa.

Un disparo de Thomas Müller atajado por Keylor Navas (32), fue seguido por otra ocasión de James Rodríguez que mandó a las nubes un balón en boca de gol (33).

Un reclamo de penal por una mano de Marcelo en la línea del área, que no pitó el árbitro, llevó el partido al descanso, tras el cual, el Real Madrid se adelantó.

Corentin Tolisso cedió mal a su arquero, que no acertó a despejar el balón y Benzema aprovechó para hacer el 2-1 con el arco vacío (46).

Sufrimiento blanco

Fueron los momentos más duros del Bayern, que vio cómo Cristiano Ronaldo enviaba un balón al cielo en boca de gol (54), pero se repuso y el Real Madrid dio un paso atrás, lo que aprovechó su rival.

Los alemanes encerraron a los blancos en el área y entonces apareció James, que recuperó un rechace para soltar un tiro que supuso el 2-2 (63), aunque el colombiano cedido por el equipo blanco no celebró el tanto.

El centrocampista cafetero incluso salió aplaudido por el Santiago Bernabéu cuando fue sustituido a ocho minutos del final.

El tanto dio alas al equipo rival que siguió empujando, mientras Zinedine Zidane trató de cimentar el centro del campo para cortocircuitar las llegadas visitantes.

El técnico francés dio entrada a Casemiro por Kovacic para dar más solidez defensiva, mientras Gareth Bale salió por Benzema, dejando solo en punta a Cristiano Ronaldo.

En el último cuarto de hora, el Bayern bombardeó la valla blanca, pero se topó con la buena actuación de Keylor Navas, que evitó ocasiones claras de Alaba (74) o un cabezazo de Müller (79).

Los blancos acabaron encerrados atrás y achicando, para aguantar un resultado que los llevó a la final continental en Kiev.

El reto de una remontada

La Roma buscará casi un imposible en el Estadio Olímpico ante el Liverpool, que defiende el 5-2 de la ida, hoy (15:45 hora argentina) en el cierre de las semifinales de la Liga de Campeones.

Los Giallorossi rompieron todos los pronósticos en cuartos al ser capaces de remontar un 4-1 adverso ante el Barcelona, en la ida en el Camp Nou, al ganar en la vuelta por 3-0.

Entre la ida y la vuelta de semifinales, la Roma consiguió un convincente triunfo 4-1 contra el Chievo, un buen ensayo antes del gran reto.

La Roma también quiere hacer valer el hecho de que todavía no ha recibido un gol en casa en esta edición de la Champions, a pesar de que lo han visitado equipos del calibre del Atlético, el Chelsea o el propio Barcelona.

Salah, elemento desequilibrante

El Liverpool, por su parte, también tiene estadísticas en las que apoyarse: 20 goles marcados en seis desplazamientos europeos esta temporada, contando la fase previa. Un tanto en el Olímpico sería prácticamente definitivo.

Con dos tantos espectaculares y dos pases decisivos, Salah firmó un partido de ida formidable y confirmó que esta temporada está a un nivel de Balón de Oro.

La Roma se aferra al descenso a la tierra de Salah el sábado, cuando se quedó sin marcar en un empate sin goles del Liverpool ante el Stoke. Pero el técnico Jurgen Klopp había hecho rotar su efectivo, con cinco cambios con respecto al grupo que destruyó al conjunto italiano cuatro días antes.

Alto riesgo

Tras los graves incidentes del partido de ida, que dejaron a un hincha del Liverpool en coma, la atmósfera alrededor de la vuelta es muy tensa y los dirigentes de ambas entidades han multiplicado los llamados a la calma.

La directiva de la Roma sabe que un Estadio Olímpico lleno y ruidoso, como lo fue ante el Barcelona, puede ser uno de los ingredientes de la remontada.