En su discurso ante la ONU el mandatario chileno habló sobre el resultado del referendo e indicó que, ahora es momento de buscar “nuevas fórmulas” para construir un nuevo “lugar de encuentro”, en una invitación a otras fuerzas políticas y representantes de la sociedad civil.
BUENOS AIRES (TÉLAM).- El presidente de Chile, Gabriel Boric, dijo en su discurso ante la Asamblea General de la ONU que asume “con los ojos y el corazón bien abiertos” el resultado del referendo del 4 de septiembre en el que los chilenos rechazaron la propuesta de una nueva Constitución, y que confía en que el país logrará “a corto plazo” una Carta Magna “escrita en democracia” y capaz de garantizar “un futuro de cambio con estabilidad”.
Boric dedicó gran parte de su discurso a repasar el escenario político chileno de los últimos años y recordó que ningún país está exento de movilizaciones como las que se produjeron durante el “estallido social” de 2019, del que están a punto de cumplirse los tres años.
Admitió que en esas manifestaciones ocurrieron “graves episodios de violencia” y una “represión descontrolada” por parte de las fuerzas de seguridad, pero subrayó que marcaron el origen de un “intenso proceso político” que se prolonga a día de hoy, ejemplo de un “malestar” y un “hastío” que “dejó perplejos a muchos observadores”.
El mandatario chileno instó a otros Gobiernos a “anticiparse” a este descontento, a buscar “una mayor justicia social” en sus propios países.
El fin del “estallido” llegó a Chile con un compromiso de las fuerzas políticas para “sentar las bases de un nuevo contrato social”, con una nueva Constitución que reemplazara la impuesta por el dictador Augusto Pinochet
Rechazo al nuevo texto constitucional
Boric admitió que los chilenos rechazaron ese texto de “manera clara” y agregó que aunque él era partidario de la opción “apruebo”, no siente el fallido referendo como “una derrota” propia. “Nunca un Gobierno puede sentirse derrotado cuando el pueblo se pronuncia”, dijo.
Ahora es momento de buscar “nuevas fórmulas” para construir un nuevo “lugar de encuentro”, en una invitación a otras fuerzas políticas y representantes de la sociedad civil.
El mandatario admitió que la derrota le enseñó a ser “más humilde” y, en una alusión velada a su pasado como dirigente estudiantil y participante en protestas, advirtió que “representar el malestar es mucho más sencillo que presentar soluciones”.
También aprovechó su alocución para abordar otros grandes temas de la actualidad internacional, desde la emergencia climática a la “injusta guerra” desatada en Ucrania. Sobre este punto dijo que el conflicto es una causa de desestabilización a nivel global, como también lo serían la “guerra comercial” entre Estados Unidos y Rusia o la pandemia de Covid-19.
En relación a América Latina, Boric aludió a la “presión tremenda” que supone el flujo migratorio derivado de Venezuela, escenario de una “prolongada crisis política”, y reclamó la liberación de los “presos políticos” en Nicaragua.
El mandatario se vio envuelto en estos últimos días en una crisis diplomática con Israel tras rechazar recibir al embajador como gesto de crítica política por la muerte de un palestino en Cisjordania.
En ese marco, desde la ONU, llamó a “no naturalizar las permanentes violaciones de los Derechos Humanos contra el pueblo palestino”, aunque también reivindicó el “legítimo derecho de Israel a vivir dentro de fronteras seguras” y “pavimentar con más democracia y no con menos” el camino “para enfrentar los problemas” de las sociedades actuales.