Se trata de los cuatro “turistas” que el 7 de octubre del año pasado fueron detenidos en un restaurante tras pagar con tarjetas de créditos que tenían información bancaria clonada. El fiscal Daniel Curtale pidió la omisión de debate, con lo cual, de prestar las partes consentimiento, evitarán el juicio y podrán recuperar la libertad.
USHUAIA.- La causa de los cuatro brasileños que fueron detenidos en octubre del año pasado, llegó al Tribunal de Juicio aunque podrían quedar en libertad en las próximas semanas a raíz de un pedido del fiscal de la causa, que solicitó que sean sometidos a una omisión de debate.
Así trascendió ayer donde el fiscal Daniel Curtale solicitó que Armando Ferreira Camors, de 27 años, Rodolfo Gilson Cordeiro Machado, de 33, Edson Leal Moreira, de 40 y Ronaldo Ferreira Dos Santos, de 57, sean sometidos a una omisión de debate. Con este pedido, los procesados podrían acceder a la reparación del daño -que en algunos casos ya lo hicieron pagando a comerciantes las estafas que cometieron a través de sus abogados- y de esta manera podrán salir libres.
Los cuatro brasileños, que actualmente se encuentran detenidos en la Alcaidía de Ushuaia, no serán sometidos a un juicio oral y público. Solo resta que las partes, los abogados defensores sean notificados del pedido del fiscal Curtale y presten consentimiento para que el Tribunal de Juicio dicte la resolución pertinente.
Los mencionados están procesados por el delito de estafas reiteradas, fueron detenidos el 7 de octubre cuando concurrieron a un restaurante y cenaron y pagaron con tarjetas de créditos clonadas. Uno de los estafados residente en Buenos Aires, llamó al restaurante y fue el dueño del local el que solicitó la presencia de la policía.
Durante su estadía en Ushuaia, hicieron 29 operaciones con tarjetas falsas en varios de los principales comercios de la ciudad. En Buenos Aires tenían guardadas 245 tarjetas y materiales para la copia y falsificación de más plásticos.
De esta manera una vez que paguen a cada uno de loes estafados, el Tribunal de Juicio podrían disponer su inmediata libertad y los mismos podrían salir del país, o eventualmente ser expulsados por la ley de migraciones, informó una fuente judicial consultada.
Por qué se los procesó
La jueza Barrionuevo les imputó a todos el delito de “defraudación mediante el uso de tarjeta de crédito, débito y/o compra falsificada”, aunque a Ferreira Camors en 14 hechos, 7 tentativas y un encubrimiento, a Gilson Cordeiro en 9 hechos y un encubrimiento, a Leal Moreira en dos hechos y a Ferreira Dos Santos en dos hechos.
Además, los cuatro fueron embargados por un millón de pesos y la jueza se declaró incompetente para investigar los delitos de asociación ilícita, falsificación de tarjetas de crédito y débito y falsificación de identidad, por lo que parte de las actuaciones serán remitidas a la Justicia Criminal y Correccional Nacional, junto con las supuestas defraudaciones cometidas por las mismas personas en la ciudad de Buenos Aires.
Según las constancias recolectadas por Barrionuevo, los brasileños realizaron 29 operaciones con tarjetas falsas en Ushuaia, incluyendo conocidos hoteles y comercios de la ciudad, como La Boutique del té, Tres Marías excursiones, Heli Ushuaia, Urban Mix, Scandinavian, Hotel Albatros, Nautic, Pluto Matto, La Última Bita, Ramos Generales, Arakur, Villa Brescia y Andino, entre otros.
La Justicia rastreó a los titulares de 13 tarjetas de crédito y débito clonadas, y logró que 10 de ellos declararan como testigos. Casi todos brindaron declaraciones similares: que nunca realizaron compras en Ushuaia, que en algunos casos nunca vinieron a la ciudad, o que estuvieron hace 20 años.
La dimensión del accionar de la banda quedó al descubierto cuando las autoridades allanaron un domicilio en Capital Federal, ubicado en la calle Córdoba 6008 sexto piso B, y allí encontraron, dentro de una valija, 245 tarjetas de crédito y débito, 172 impresas, 15 con logotipos de bancos pero sin nombres todavía, 31 “de color blanco sin inscripción” y 27 tarjetas de otro color sin inscripción.
En el lugar también aparecieron “una vastedad de elementos relacionados con la clonación de tarjetas”, como “tarjetas blancas, tarjetas de color gris, máquinas embosadoras, impresoras, lectograbadoras, dispositivos de inmersión profunda para la lectura de las bandas magnéticas, sobres boquillas y dispositivos de captación de imágenes”, entre otros.
A la hora de declarar, solo dos de los acusados aceptaron hablar ante la jueza, y los demás hicieron uso de su derecho constitucional de negarse a prestar declaración.
Uno dijo que era representante de una firma de productos náuticos y que había venido a la ciudad para ofrecerlos, mientras que otro sostuvo que le había comprados las tarjetas clonadas a otra persona en Brasil.