Desde hace cuatro días Graciela Gómez busca a Mía, una perrita mestiza de tres años que el sábado se perdió en inmediaciones de la reserva natural Cerro Alarkén, cerca del hotel Arakur. Preventivamente realizó la denuncia en la Comisaría Quinta, dado que recibió mensajes que darían cuenta de que el animal habría sido ahorcado luego de morder a un potrillo.
USHUAIA.- Aunque aún conserva la esperanza de recuperar a su perrita viva, exigió a la mujer que se atribuyó el sacrificio de la mascota, que le diga qué hizo con ella, sin recibir más respuestas al respecto.
“El sábado mi hijo y un amigo salieron a pasear por el bosque en esa zona, donde van siempre, y la perra los acompañó. En un momento la perra desaparece y los chicos salieron a buscarla. Mientras tanto, en el grupo de whatsapp aparece una foto de mi perra y todos preguntaban de quién era, porque estaba atacando a un potrillo y decían que la iban a matar”, contó Graciela a El Sureño.
Cabe aclarar que del grupo al que se refiere participan personas que poseen caballos y desarrollan actividades hípicas en la zona por donde se perdió Mía.
“De ahí en más empecé a recibir fotos, capturas y audios de esta mujer, que se atribuyó la muerte de mi perra. Por eso decidí hacer la denuncia”, afirmó.
“Ella me conoce y también conocía a mi perra. Nunca tuvimos diferencias”, asegura Graciela. “Ella tomó esa determinación porque dice que le estaba mordiendo a su potrillo. La dueña del otro perro que se perdió con Mia, también afirmó que esta gente mató a los dos. Quiero que se investigue y que se aclare qué pasó realmente porque ahora niegan todo”.
La denuncia fue radicada en la Comisaría Quinta y recayó en el Juzgado de Primera Instancia N° 2, a cargo de la Dra. Cristina Barrionuevo.
“En la comisaría me trataron como que estoy loca por denunciar la muerte de mi perra, pero es parte de mi familia, tiene documento, está chipeada, tiene todas sus vacunas. La queremos de verdad”.
Graciela señaló que la mujer que habría matado a su perra posee un predio donde tiene caballos y además trabajaría en Zoonosis municipal, de allí la contradicción del caso. “No es la primera vez que matan perros sin piedad cuando molestan a los caballos. Solo que esta vez me tocó a mí y no me voy a quedar callada. Yo estoy segura que no es algo personal conmigo, sino que están acostumbrados a hacerlo siempre, como algo natural”.