El teniente de Navío Meteorólogo Facundo Santos López cuenta su experiencia como Jefe de la Central Meteorológica del rompehielos ARA “Almirante Irizar” en la actual Campaña Antártica de Verano y sus 21 años de Armada.
ANTARTIDA (La Gaceta Marinera).- Facundo Santos López nació hace 38 años en Tartagal, Salta, y hace 21 que es miembro de la Armada Argentina; primero sirvió como suboficial y más tarde pasó a integrar el Cuerpo Profesional Técnico como oficial de Marina, conservando su especialidad en meteorología.
Hoy, Facundo es Teniente de Navío, se desempeña como subjefe de la Base Aeronaval Río Grande “Pioneros Aeronavales en el Polo Sur” desde el 2022; como Jefe de la Central Meteorológica Río Grande, y se encuentra actualmente en comisión realizando la Campaña Antártica de Verano (CAV) 2023/24 a bordo del rompehielos ARA «Almirante Irízar» (RHAI) como Jefe de la Central Meteorológica.
Durante la navegación, la Central se nutre de información interna y externa para poder proyectar y pronosticar los rápidos e imprevistos cambios de las condiciones hidrometeorológicas en tiempo real, y también para la planificación de operaciones futuras. “La función principal de la Central es brindar apoyo meteorológico y glaciológico al Comando del rompehielos y al Comando Conjunto Antártico (COCOANTAR), asesorar rutas seguras hacia las bases antárticas y recomendar trayectorias a las embarcaciones menores y aéreas que trabajan allí”, cuenta el Teniente Santos López, quien ya conocía el continente blanco. Estuvo a bordo del aviso ARA “Suboficial Castillo” en Patrulla Antártica Naval Combinada durante 2010/11 y en la CAV 2021/22 en el RHAI, aunque confiesa que cada viaje es un desafío: “La diversidad climatológica nunca deja de sorprender y brindarnos nuevos aprendizajes”. Por ello, es fundamental trabajar para estar un paso adelante de la situación meteorológica.
El equipo realiza reuniones diarias de asesoramiento al Comando de la Unidad, en las que se estudia la variabilidad y conveniencia sobre posibles derrotas (itinerarios) o lugares de operación donde las condiciones sean favorables, o menos adversas.
Pronosticar tales condiciones a corto o mediano plazo, implica poner en relación indicadores que provienen de tres fuentes distintas: Primero, de las terminales automáticas ‘Young’ y ‘Vaisala’ del buque, que aportan mediciones referentes a temperatura del aire y del agua, dirección e intensidad del viento real y relativo, presión atmosférica y humedad relativa.
La segunda fuente proviene desde lo que se llama “abrigo meteorológico”, con la medición de temperatura de bulbo seco y húmedo, lo que indica la humedad relativa del aire; y, por último, la información del receptor de imágenes satelitales, que aporta los distintos tipos de nubosidad presentes en la zona. Estas variables se complementan con los distintos modelos numéricos de predicción, y con los elaborados por el Servicio Meteorológico de la Armada.
Por el tipo de escenarios donde se realizan las actividades antárticas –que incluyen operaciones aéreas– también se toman en cuenta parámetros como profundidad, corrientes y mareas; y, como la condición del mar en la zona también varía, se clasifica por la presencia en tipo, origen, tamaño y velocidad de hielos y témpanos. La supervisión del estado glaciológico es analizada mediante imágenes ópticas y de radar de apertura sintética, provenientes de plataformas satelitales.
Desde la Antártida, el Teniente destaca que “es un prestigio ser Subjefe de la Base de Río Grande porque fue mi primer destino como Cabo Segundo recién egresado; y a su vez, gratificante poder realizar hoy campañas antárticas a bordo del rompehielos”. Facundo enfatiza que, durante toda su carrera, “el crecimiento y la búsqueda de un equilibrio entre lo personal, emocional y profesional, me fueron llevando por el camino que hoy me trajo hasta aquí”. Su anhelo es continuar creciendo profesionalmente en las distintas actividades realizadas en sus destinos navales: “Me encantaría poder cumplir funciones como Meteorólogo a bordo de la fragata ARA ‘Libertad’”, afirma.
Tartagal en su corazón
Facundo relata que ingresó a la Armada en el 2003, a la Escuela de Suboficiales en Buenos Aires: “Seguí el ejemplo de mis dos hermanos mayores, quienes también ingresaron como cabos y hoy son capitanes de corbeta. A través de ellos, fui conociendo de qué se trataba la Institución”.
Les agradece el camino elegido, como a sus padres: “Estoy agradecido a mi padre, que lo recuerdo cada vez que miro al cielo; y a mi madre, por su valentía y por darme las alas para que con tan sólo 17 años pueda empezar a forjar mi destino dentro de la Armada”.
En la Escuela de Suboficiales, Facundo egresa primero de su promoción y su primer destino es donde se encuentra actualmente, en Río Grande. Expresa que con el anhelo de nuevos desafíos y expandir sus horizontes profesionales realiza 15 años después de su ingreso, el Curso de Ascenso de Suboficial a Oficial (Curso CASO) en el 2017.
Tales desafíos son los que lo motiva a seguir eligiendo la profesión y la Armada todos los días. “Lo que más me gusta del ámbito naval es la diversidad de destinos a lo largo del territorio argentino, las distintas maneras de trabajo según Unidades y Componentes, y el aprendizaje continuo y diario”, destaca.
Y con emoción habla de su familia: “En cada singladura de mi carrera naval, me guían y acompañan mis dos hijos varones con quienes vivo, Imanol de 15 años y Fabrizio de 12; somos un tridente, ellos son mi vida; y a la vez, mi faro en la niebla”.
Facundo nombra las actividades que realiza en su tiempo libre, hace deportes al aire libre como trekking, running, y bicicleta, y está estudiando a distancia, el segundo año de la Licenciatura en Logística que dicta el Instituto Universitario Aeronáutico de la Universidad de la Defensa Nacional.
Confiesa que a lo largo de su carrera siempre ha llevado el recuerdo de Tartagal en su corazón: “La tierra de mis seres queridos, un pueblo lleno de cultura y tradiciones”, la refiere.
“Esa añoranza hace que en cualquier destino de la Armada donde me encuentre cumpliendo funciones, me broten los recuerdos a flor de piel de aquellos domingos con la gran familia, compartiendo un almuerzo bajo la planta de mangos, en el patio de mis abuelos”, rememora.
Facundo nació en esa localidad donde aún residen las familias de sus padres porque a los 5 años la suya se muda al Barrio Santa Ana de Salta Ciudad. Allí creció hasta su ingreso en la Armada, con sus cinco hermanos siendo él el menor. Recuerda su paso por la primaria en la Escuela N° 80 “IV centenario de la Fundación de Salta” y el secundario en el Colegio “11 de Septiembre”.
Hoy, lejos de su Salta natal, de su hogar en Río Grande, Tierra del Fuego, y 2 mil kilómetros de Argentina, el marino Meteorólogo presta servicios a bordo de “el gran coloso naranja” y hace Patria en el continente blanco.