Carla Andrea: Diseñadora riograndense de moda sustentable

La presentación colección «Komorebi» en 2016, evento DESIGNERS BA, Tattersall Palermo. (Foto: Gonzalo Escalera).
UNSEA. La colección de 2017, inspirada en la naturaleza fueguina y la problemática de los residuos industriales. (foto: Matías Salinas).
Carla, junto a una de las modelos durante la producción de Komorebi, en el bosque fueguino de Tolhuin.
Parte de lo que será la colección de invierno 2018, en el Cabo Domingo de Río Grande. (foto: César Angels).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hablar de moda, para muchos implica pensar en talles súper chicos, telas con estampados exclusivos, diseños extravagantes y competencia, mucha competencia. La moda sustentable sin embargo, hace una contrapropuesta: cooperativismo, tejidos y tintes orgánicos, talles extra grandes y cómodos para todos, mensaje y reflexión.

RIO GRANDE.- Carla Andrea Escalera, diseñadora fueguina y riograndense tiene, desde hace casi dos años, su propia línea de ropa CARLA ANDREA, y es una de las representantes de la propuesta de la moda sustentable.

Aunque admite que en su familia siempre las mujeres fueron innovadoras, y hábiles a la hora de definir su estilo en el vestir, Carla asegura que su vocación la encontró después de mucha búsqueda: “Tengo 25 años, terminé mis estudios en la misión salesiana y me fui a la ciudad de La Plata a estudiar. Pasé por muchas carreras en realidad, me fui específicamente con la idea de estudiar música, estuve mucho tempo en la facultad de Bellas Artes, hasta que me di cuenta que la materialización de una obra en mí pasaba más por otro lado. Y cosas más cosas menos, me llevaron a darme cuenta que era en la indumentaria donde yo podía mostrar lo que quería contar… a veces pienso cómo no lo noté antes, porque yo vengo de familia de costureras, mis abuelas, mi mamá, pero siempre fue algo tan cotidiano que no lo ví y no lo pensaba como algo a lo que me iba a dedicar. Tuvieron que pasar varios años”, comentó Carla Andrea.

Después de pasar por Bellas Artes, en varias disciplinas, Carla decidió empezar, de a poco, a capacitarse en el diseño específico de indumentaria: “me inscribí para estudiar en Capital, a la Escuela Argentina de Moda, que es una escuela que ofrece un plan de estudios que me gustó más, y es más reducido que el de la universidad, porque yo venía de muchos años de la universidad ya. Y egresé de ahí con el título de diseñadora de indumentaria textil”, relató.

Al terminar, presentó su proyecto de tésis, en una pasarela y tuvo muy buena repercusión. La invitaron a participar de exposiciones, y también en la prensa dedicada a la moda y el diseño, comenzó a hacerse notable su trabajo, luego temporada tras temporada, aunque todavía trabaja en una producción pequeña, la demanda de sus productos fue en aumento.

Qué es moda sustentable

Cuando decimos ‘moda’, inmediatamente en lo que más se usa, o lo último que exponen las vidrieras. Esa es solo una parte, lo que se consume en la calle. Luego, está el mundo de los diseñadores, y la gente que marca los que es tendencia, cada temporada. “Hay diseñadores emergentes y diseñadores ya consagrados. Algunos de estos consagrados siguen haciendo trabajos que no los ves en las vidrieras o que no los consume todo el mundo. Yo soy diseñadora emergente, porque llevo muy poquito tiempo en el medio y mi estilo, no es algo que se trate de imponer una imagen, sino que está trabajado desde la parte de la sustentabilidad”, explicó Escalera.

En cuánto a qué es sustentable, tiene que ver más que una estética, con una postura y forma de trabajar: “no es que sea una moda la sustentabilidad, sino que se trata colección tras colección, dar a conocer una problemática ambiental, o exponer temas como el trabajo cooperativo. El tema de los talles, yo por ejemplo trabajo todo oversize (talles grandes). Además, trabajo con materiales nobles, como el lino, el algodón, lanas, y mi proceso de producción tiene un proceso y un acabado que es el teñido orgánico. Todos los colores de mi colección están logrados con elementos naturales: la yerba, o la piel de cebolla, la cochinilla, porque es lo que a mí me gusta hacer y también trabajamos los teñidos con agua de lluvia para que la huella hídrica sea menor, y que no trabajo con un stock de mercadería, sino que si vos querés una de mis prendas, la encargás y tenés cerca de cinco días de producción, y sabiendo que no lo tenés ya, pero es algo perdurable en el tiempo. Todo esto hace que pertenezca a la categoría de sustentable. Igual, tenés gente que aplica otros enfoques, como el trabajar con talleres barriales, o se dedican más al bordado, mi impronta es esta”, detalló Carla.

Durante el 2017 la marca Carla Andrea se encontró con crecimiento en su demanda, y en otras áreas: “Tuve un año muy particular, no sólo por el crecimiento sino por el aprendizaje. Hay mucha gente que se sirve del concepto de sustentabilidad para lucrar. Y eso hay que saberlo también. Yo trabajo sola, desde el diseño, la moldería, el corte y la confección. Por una cuestión de buscar, y encontrar lo que se quiere hacer. Y a veces cuesta hacer entender, tanto a los clientes como a los mayoristas, que esto es moda sustentable. Para preparar un desfile con la colección en julio, la preparación no puede empezar en junio, sino mucho antes. No es que sólo porque salió en una revista va a ser una producción súper masiva”, observó la diseñadora.

Las colecciones

Carla también contó que durante este último tiempo conoció otros diseñadores sustentables: “En este sentido es como anti moda, porque es contrario a la crueldad que se puede encontrar en la producción masiva. O los talles, que hacen que las modelos sean cada vez más flacas, la ropa que es de una sola temporada, y lo quiero ya, pero la próxima temporada lo tiro, el auge de los talleres clandestinos para lograr todo esto. Nosotros como diseñadores sustentables apuntamos a todo lo contrario, revalorizar las técnicas de confección, llevar nuestra moda a un nivel de autor. Y educar al público, para que entienda que en el mundo de la moda, pasaron y pasan muchas cosas feas. Y no tiene que ser así, no tienen que haber talles únicos, y modelos de 16 años que se matan haciendo dieta, y no terminaron ni sus estudios. O los diseñadores, que se puede ser cooperativos, no tan competitivos, tiene que ver con la mirada con la que se aborda”, explicó.

En 2016 CARLA ANDREA presentó por primera vez una colección en el evento Designer BA. Para esta colección, vino a la provincia, llamó algunas amigas del secundario y las usó como modelos, en los bosques de Tolhuin: “la idea es también mostrar gente real, y junto con chicos que trabajan fotografía acá armamos las imágenes. Luego de eso para la temporada de primavera verano, lo presenté en una pasarela en La Plata, nos reunimos, contratamos chicas de escuelas de modelo de allá, y también presenté una colección chiquita, de doce conjuntos”, contó.

Ya en 2017, presentó su última colección, USNEA. Completamente inspirada líquen autóctono fueguino conocido como ‘barba de indio’: “La verdad que tengo una impronta muy grande también de decir que soy de Tierra del Fuego, y querer mostrarla en algo siempre, ya sea los colores, o como en este caso, plantear una problemática ambiental. Con el líquen, trabajé para usarlo en en accesorios y en bordados, mostrando más en crudo el concepto, y lo que trataba era de hablar de la problemática del reciclaje. Acá con la promoción industrial y todas las cosas quedan acá no más porque lo que se desecha no puede salir, porque es caro”, detalló Carla.

Además en UNSEA, Carla pudo poner en práctica algo de lo que expresaba en su concepto: Se puso en contacto con una fábrica textil, para pedirles el material que desechaban: “Yo sabía que tiraban retazos enormes de percal de algodón que se utiliza para hacer sábanas, y yo lo uso para hacer los bolsos en los que entrego mi ropa, como packaging, algunas prendas de lineamiento básico como remeras, también terminaciones, vivos de los cuellos”, dijo.

Y agregó: “La misión, podría decirse de este diseño sustentable tiene que ver más allá de vender con educar, a las nuevas generaciones. Aunque hay mucha gente grande del ámbito de la moda que lo entiende, ya sea porque les pasaron cosas en el ámbito de la moda, crueles quizá. Y creo que es un camino que va a llevar un tiempo, pero en unos diez años va a estar instalado. Es ir diseñando, para que sea lo más parecido a la moda, porque no podés prescindir de esa parte, pero que sea sostenible y que tenga un mensaje. Porque si no estás contando nada tampoco sirve. No es ‘trabajo lino y algodón, pero no sé porqué, o trabajo rústico porque está bueno usar túnica en la playa”, observó la joven.

Los planes

CARLA ANDREA, ya está en preparativos de la colección de invierno. Y como siempre Carla vino a su lugar natal a buscar inspiración: “cuando vine, me contacté con un par de hilanderas locales, así que me llevo una cantidad enorme de lana, para seguir también mostrando ese producto local. Para esta colección supongo que la presentaré en redes sociales, no tengo aún planeada una presentación específica. Pero después tengo una invitación para ir a Uruguay en mayo, y en julio a Rumania como diseñadora emergente”, adelantó.

Para este último evento, los diseñadores invitados no tienen que tener más de dos años, y su colección debe contar con un elemento original y llamativo. “No son todos diseñadores sustentables, sino jóvenes de todo el mundo que van a representar a su país, su localidad en una pasarela en Rumania, en Transilvania más específicamente. Así que te envían la invitación, y se hacer cargo de todo lo que es la pasarela, el backstage, las modelos, pero el tema es llegar. Todavía viendo cómo hacer con el tema económico. Por la parte de logística y transporte. También me encantaría hacer una presentación acá en la provincia. Me encantaría poder no solo mostrar mi producto, sino contar todo esto de la moda sustentable”, concluyó Carla.