Carteles, gritos y un cruce entre Macri y los kirchneristas

BUENOS AIRES (NA).- La tensión entre el oficialismo y el kirchnerismo se hizo sentir durante el acto de apertura de sesiones del Congreso que encabezó el presidente Mauricio Macri, quien respondió a los gritos que le dedicaron y dividió el recinto en dos durante el momento más caliente de la jornada.

Los diputados del actual oficialismo solían recibir a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner con carteles colgados en sus bancas y el kirchnerismo tomó el ejemplo: “Basta de despidos”, “Destrucción del Estado, pesada herencia”, “Macri=Hambre” y “Libertad a Milagro Sala” fueron algunas de las consignas escritas en cartulina que mostraron los diputados opositores.

Pero el kirchnerismo recibió al Presidente con algo más que carteles, dado que de a ratos se escuchaba alguna crítica a viva voz de los camporistas Marcos Cleri y Mayra Mendoza, la diputada que menos aplomo mostró durante el discurso y que varias veces gritó “basta de represión” y “basta de despidos”.

El momento de mayor tensión fue cuando Macri sostuvo que “la inflación existe porque el Gobierno anterior la promovió”, frase que fue seguida por el griterío y la silbatina de los diputados del Frente para la Victoria.

Cleri vociferó “¡Estás en contra del pueblo!”, mientras Carlos Kunkel levantaba su cartel con la frase “basta de despidos” y el resto trataba de hacer oír sus críticas entre el bullicio y el tímido llamado al orden de la vicepresidenta Gabriela Michetti.

“Señores, hay que respetar el voto de la democracia”, les respondió Macri para la algarabía de la bancada oficialista, que se puso de pie para aplaudirlo al grito de “sí, se puede”, mientras que los diputados del Frente para la Victoria también se pararon y levantaron sus carteles.

Apenas un minuto antes una de esas cartulinas había llegado ya al estrado en el que se ubicaba el Jefe de Estado, de manos del camporista Andrés “Cuervo” Larroque, quien le acercó al presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, la imagen de uno de los heridos en la represión de la ciudad de La Plata.

Una vez que el griterío cesó, Macri continuó con su discurso y ofreció, sin querer, un momento de distensión cuando volvió a leer por error el tramo del discurso referido al conflicto con los holdouts y, frente a las cargadas del Frente para la Victoria, que le decía que ya había dicho eso, respondió con humor: “Muchas gracias, muy atentos. Yo les vengo a decir que esto lo tenemos que construir juntos y me alegra que hayamos tenido una primera tarea”.

Mientras el mandatario continuaba con su discurso, algunos diputados del Frente para la Victoria no podían ocultar su disconformidad, como la secretaria del bloque Teresa García, quien se mostró molesta con las observaciones de Macri sobre las retenciones agropecuarias y el cepo cambiario. García y el presidente de la bancada, Héctor Recalde, fueron los únicos miembros del bloque de diputados que tomaban nota mientras Macri hablaba, misma tarea que realizaron los senadores radicales Luis Naidenoff y Silvia Elías de Pérez, en el oficialismo.

Durante la mitad del discurso dedicado a la “herencia” de la gestión anterior, las caras serias y de desagrado no se vieron sólo entre los más kirchneristas, sino que tampoco cayeron bien entre algunos de los peronistas con los cuales el Gobierno viene dialogando para tratar de alcanzar acuerdos parlamentarios.