Al cumplirse un mes del crimen sucedido en las calles de Chacra IV, quedó firme el procesamiento y la detención del único imputado, lo que promete que la causa tenga una rápida elevación a juicio, al no haber apelado la defensa oficial.
RIO GRANDE.- El juez de instrucción Daniel Cesari Hernández había emitido el procesamiento con prisión preventiva para el detenido Walter López de 32 años, por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego en relación a la muerte de Adrián Garelli, y por homicidio en grado de tentativa en relación a los disparos efectuados contra otro de los jóvenes, César Pereyra.
Esa resolución del magistrado de primera instancia no tuvo apelación de parte de la defensa oficial que representa al detenido López, por lo que vencido el plazo para el recurso la sentencia de primera instancia quedó firme.
La causa ahora aguarda algunos resultados; como son pericias toxicológicas, la pericia balística sobre los casquillos recuperados en la escena, a fin de cotejarlos con el arma incautada, y finalmente las muestras tomadas de manos del imputado a fin de confirmar si existen restos de pólvora que indiquen que accionó un arma de fuego.
Una vez retornados los resultados de estas pericias, que se realizan en Buenos Aires, las actuaciones serán giradas a la fiscalía para que precise acusación de elevación a juicio de la causa.
El hecho
El episodio sucedió el pasado 26 de mayo a la salida del local Doop bailable de donde López se retiró con el grupo de amigos de Adrián Garelli, de los cuales conocía a uno de la secundaria.
Allí, según los testimonios, entre algunas contradicciones sobre tiempos y personas, indicaron que López habría ostentado la portación del arma de fuego, cuestión que derivó en la discusión con Garelli, subiendo la misma de tono.
Los testigos señalaron que López se habría jactado de haber estado en la Unidad de Detención, y Garelli le manifestó a César Pereyra que lo estaba “apurando”, lo que inició la pelea con golpes de puño, que López repelió a tiros.
En su descargo López señaló que actuó en defensa propia, pero el juez entendió que la acción fue “ilegal” ya que apuntó “a matar”.
Incluso un testigo del boliche declaró que López le había exhibido el arma dentro del local bailable e incluso se la quiso pasar, lo que dio fuerza a los testimonios que dan cuenta de la “provocación inicial”.
Garelli recibió dos tiros, uno mortal al pecho, y Pereyra salió ileso, recuperándose de la escena seis casquillos de bala.