En el marco del Día del Bastón Verde se brindó una charla de concientización en el SUM de la urbanización Chacra XI. Del encuentro, que fue organizado por Melisa Ramírez quien es una persona ciega, participó Victoria Degano, la cual es profesora de Educación Especial con Orientación en Ciegos y Baja Visión. Adelantaron que habrá una nueva reunión el 15 de octubre cuando se celebre el Día del Bastón Blanco.
RIO GRANDE.- Cada 26 de septiembre desde 2002 se conmemora el Día del Bastón Verde. La herramienta fue creada por la profesora de educación especial Perla Mayo (MN 763788) como instrumento de orientación y movilidad que identifica a las personas que tienen baja visión. Además de ayudar a los pacientes a circular y ubicarse en el espacio, el color verde es clave para distinguirlos de quienes padecen ceguera y utilizan un bastón blanco.
Este domingo en horas de la tarde y de la mano de Melisa Ramírez, quien es una persona ciega, se llevó adelante una charla concientizadora en el SUM de la urbanización Chacra XI ubicada en Playero Blanco y Halcón Peregrino.
En la oportunidad, una de las oradoras del encuentro fue Victoria Degano, quien es profesora de Educación Especial con Orientación en Ciegos y Baja Visión que, al respecto y en diálogo con la prensa, dijo que en el marco del Día del Bastón Verde se llevó adelante esta charla. “El bastón verde lo utilizan las personas con baja visión y se diferencia de las personas que utilizan el bastón blanco”. La profesional explicó que no es lo mismo ser una persona con baja visión que una persona ciega y, sin embargo, ambos necesitarán la utilización de un bastón.
Desde esa premisa explicó que una persona con baja visión puede desenvolverse de una manera distinta y “tienen una manera diferente de desenvolverse en la ciudad aunque pueden necesitar ayuda para cruzar una calle o para tomar un colectivo, etc.”.
Degano y todos quienes participaron de la charla coincidieron que Río Grande es una ciudad que no está adaptada para personas con discapacidad en general y en este caso no está adaptada para las personas con baja visión, simplemente porque estamos celebrando el Día del Bastón Verde”.
En la oportunidad, los participantes recalcaron la falta de concientización de la comunidad en general. “Cuando uno pasa por una vereda se encuentra con lugares en mal estado, con pozos, obras en construcción en las que se dejan restos en la vereda, autos estacionados sobre la vereda, animales sueltos, etc.”. Ante este cúmulo de situaciones, pidieron a la comunidad que tome conciencia y que entienda que hay personas que necesitan poder transitar por la ciudad sin este tipo de inconvenientes.
Luego de la reunión, tanto Victoria Degano como Melisa Ramírez coincidieron en el buen resultado de la charla y adelantaron que el próximo encuentro se llevará adelante en el marco del Día del Bastón Blanco, que se celebra el 15 de octubre.
El Bastón Verde
La herramienta busca dos objetivos, es un instrumento guía para quien lo usa y, además, permite al resto identificar a los que ven poco para poder ayudarlos en caso de ser necesario.
La aceptación de la iniciativa fue tan buena que poco a poco se fueron promulgando leyes en el mundo avalando la importancia de esta herramienta de orientación. En Argentina la ley Bastón Verde se promulgó en 2002 y en 2011 en Uruguay. Además, otros países latinoamericanos como Costa Rica, Brasil, Chile, Nicaragua, Colombia, Paraguay, México, Ecuador, Bolivia, Panamá, y Venezuela implementaron su uso.
La idea del bastón verde es una iniciativa de Perla Catherine Mayo, una profesora uruguaya de educación especial radicada en Argentina. Mayo elaboró en 1995 la idea tras la experiencia de una alumna que tenía problemas de baja visión y se manejaba con un bastón blanco y certificado de discapacidad con ceguera. La profesora descubrió un problema, en la vida cotidiana era fundamental que el resto pudiera identificar a las personas con disminución visual y no ceguera, y el bastón blanco prestaba a confusión. Por ejemplo, cuando un alumno subía a un medio de transporte público y usaba un teléfono celular o podía leer algún cartel, el resto de la gente creía que su ceguera era falsa y estaba sacando una ventaja por eso.
Datos de interés
La Organización Mundial de la Salud estima que el 11% de la población padece alguna disminución severa visual. Esto significa que en el mundo hay 325 millones de personas que tienen baja visión. Esta disminución severa limita la capacidad de realizar tareas visuales en la vida cotidiana. Este impedimento no puede corregirse con anteojos normales, lentes de contacto o intervención médica.
“La baja visión puede ser causada por múltiples patologías como glaucoma, maculopatía, retinopatía diabética o del prematuro, miopía degenerativa y, también, por enfermedades poco frecuentes que usualmente provocan alguna alteración visual que no es diagnosticada”, señaló Mayo. Son personas que sí ven, pero escasamente y de muy variadas formas.
En tanto se destaca que la pandemia provocó un aumento de las miopías y otras alteraciones visuales por exceso en el uso de computadoras y pantallas, afecciones que pudieron ser evitadas o tratadas a tiempo, ejercitando la visión de lejos, por ejemplo. Al vivir en lugares reducidos, los meses de aislamiento hicieron que muchas personas no ejercitaran sus músculos oculares enfocando en objetos más lejanos y eso trajo consecuencias. Por eso es tan importante la prevención.