La pionera del trap en Argentina regresa a la música con Digamos Todo, el primer adelanto de un EP que desnuda su historia, reinventa su carrera y marca su crecimiento artístico junto a GOAT Records.
La crudeza del trap y la vanguardia del pop se entrelazan en Digamos Todo, el más reciente single de Chulimane, marcando un nuevo capítulo en la carrera de esta pionera del género en Argentina. Este lanzamiento es el primer adelanto de su esperado EP, un proyecto que explora sus raíces en la escena del trap y su evolución artística, ahora de la mano del sello discográfico GOAT Records. Con producción de Luigi Navarro, quien ha trabajado con nombres destacados como Taichu y Acru, Chuli muestra una faceta más íntima y confesional que promete redefinir su lugar en la música urbana nacional.
Digamos todo es tu primer tema con Gods Records y el adelanto de tu próximo álbum. Contame un poco sobre esta nueva etapa que se viene a partir de esta canción.
- A partir de esta canción se vienen un montón más, obviamente. Yo me callé durante muchos años, diez más o menos. Y dije: «Voy a contar mi historia». Y, bueno, tengo ganas de decirlo. ¿Por qué? Porque es mi vida, porque es mi historia. Y porque la gente que estuvo involucrada…¿para qué se meten conmigo si no quieren que diga nada? O sea, si me fallás, voy a hacerlo saber. Si quieren que digamos todo, vamos a decir todo con lujo de detalle. Chulimane viene sin filtro. No hay filtro. ¡Me harté!
El año que viene cumplís diez años de carrera en el género urbano. ¿Cómo ves este crecimiento de tus colegas en la escena musical?
- La que más me gusta es María Becerra porque me representa en muchos aspectos. Después hay muchas otras que también supieron aprovechar su momento, eso es cierto. Yo, en cambio, estaba viviendo mi vida, haciendo lo que me gustaba, y sinceramente no vi la oportunidad. Pero ahora vengo a reclamar el lugar que me pertenece, haciéndome cargo de todo y viviendo al máximo. Al 100%.
En un comienzo formaste parte también de este grupo de artistas mujeres que surgían en la música urbana, donde por ejemplo, estaba La Joaqui.
- Mirá, con respecto a las «Judas»… Yo, con ella, habíamos hecho una canción. Lo hicimos porque sí, tipo «¡Dale, hagámoslo!». En ese momento, grababas en un estudio y la canción se subía al canal del estudio. Y ella me decía: «No, dale, subámoslo a mi canal». Y yo le dije: «Bueno, de una, subámoslo a tu canal». Ese tema resurgió y tuvo mucha exposición, lo cual me servía a mí un montón, y a ella también. Pero después lo bajó. Se cagó en todo mi laburo, en el laburo de los pibes, en todo. Por eso les digo «las Judas».
Para las mujeres siempre fue más difícil estar en la industria. ¿Creés que todavía falta más para que la situación cambie?
- Yo creo que falta más porque no todas están preparadas para hablar sin pelos en la lengua. Todo el mundo está muy en plan «me cuido, me cuido». Bueno, yo no soy así. Yo vengo a decir las cosas como son. Y, bueno, que se ponga el poncho quien le quede. Si alguien se metió conmigo, después no pretendas que no hable. Menos si me cagaste o me usaste. También hay muchas que llegaron pisando cabezas, y no estoy para nada de acuerdo con eso. Yo vine acá a contar mi historia, no a ocupar el lugar de nadie. Mi vida está llena de personajes, y yo voy a hablar de eso, aunque no les guste.
¿Qué podés adelantar de tu próximo álbum?
- Te puedo adelantar más o menos la identidad. Se viene una Chuli reinventada, una Chuli que se calló durante mucho tiempo por un poco de miedo. Porque cuando hablo de que me cerraron las puertas, hablo de que yo tenía un tema que es muy conocido, que está Duki, Ecko e Iacho, que era «Modo Diablo». Éramos un grupo de cuatro y yo estaba ahí. Yo hice el tema, me bajaron del tema a mí. Nadie me dijo nada. Yo me entero de que me bajan cuando lo suben a YouTube. Y no solo que sacaron la parte de mi canción que yo escribí, que yo compuse, que yo hice, sino que me dejaron como modelo en el videoclip. Y yo soy trapera. Soy rapera. Yo escribo. Tengo el puño para escribir. Esto viene a hacer referencia a todas esas cosas. Por ejemplo, Ecko jamás tuvo los huevos, los huevos que a mí me sobran, para venir a decirme las cosas en la cara. Jamás. Más allá de música, esto es un negocio. Entonces, que a mí me saquen de un tema, es ponerme palos en la rueda.
Porque después de ese tema me costó muchísimo remontar. De hecho, estuve mucho tiempo sin sacar música. Mucho tiempo haciendo introspección, diciendo «Che, ¿me equivoqué yo? ¿Se equivocaron ellos? ¿Qué pasó?». Y la verdad es que no, yo nunca le hice mal a nadie. Y si a alguien le hice daño, que venga y me lo diga en la cara. Porque nunca nadie, ni una persona, vino a decirme en la cara absolutamente nada.
Fuiste convocada para En el barro, el spin-off de El Marginal.
- Sí, no se puede contar mucho aún, pero te puedo decir que estoy muy feliz, muy emocionada. No me lo esperaba, la verdad. Pero bueno, a una chica talentosa y que tiene una esencia única siempre le van a pasar cosas bonitas. Eso dalo por hecho.
¿Te gustaría seguir un poco por este camino de la actuación?
- Recontra. Porque también algo que me pasó mucho, que es muy loco, es que conocí otro tipo de gente. Yo venía muy contaminada. Eso es cierto. Venía muy contaminada con todo esto de la música y la gente que está involucrada. Como diciendo «Che, ¿todo el mundo es así? ¿Qué está pasando?» Y no. De repente me encontré con gente que te ayudaba a crecer. Esta es la primera serie que hago y no hay competencia. Nos ayudamos todas, porque aparte, el spin-off son todas mujeres. Me reencontré también con una parte mía muy copada y muy poderosa.
¿Cuándo te vamos a poder ver en vivo también?
- Me muero de ganas de salir a tocar, pero quiero terminar el EP que va a ser una bomba sin filtros. El agua no se mastica y donde se come, no se caga. Si se metieron conmigo. Ok, ahora van a ver.