RIO GRANDE.- La temporada 2017 del ciclismo de ruta fue apenas un poco mejor que la vivida un año atrás, pocas carreras, poco interés por parte de los corredores en alguna de ellas, y con la sola presencia de Alejandro Barría, quien a través del Club O’Higgins fue el único que montó las competencias de esta modalidad del ciclismo, y gracias a Dios que estuvo Barría si no…
Cuando se dice que el ciclismo de ruta necesita apoyo pasa únicamente en lo dirigencial, está claro que el famoso Punto Negro y un par de amigos no pueden sostener más carreras que las que organiza, y allí es dónde apuntamos dado que la otra clase de apoyo está; la Agencia Municipal de Deportes dice presente como en las otras modalidades, ambulancia, tránsito y hasta la policía colabora, pero se necesita de la otra materia prima, la humana.
La primera carrera importante del año fue la Río Grande-Tolhuin, y la cual no tuvo la cantidad de corredores deseados, es más, muy pocos de punta dieron el presente, y la misma quedó en poder de Ricardo Acosta como viene ocurriendo en las últimas temporadas.
Como siempre en el medio de las carreras más importantes se registraron varias contrarreloj individuales de 15 kilómetros, las cuales son numerosas y hasta populares podríamos decir, ya que se invitan también a aquellos corredores de rural o de XCO que no poseen bicicletas convencionales a que puedan sumar kilómetros en sus piernas en una carrera explosiva y en la que deben luchar primero contra sí mismos y luego por los tiempos, ver a quién o a quién no pudieron superar en la clasificación general.
Tras el receso invernal se corrieron dos carreras de fondo, la primera y la más importante del calendario es el Memorial Víctor Pérez que a fines de todos los meses de agosto abre el segundo semestre y al ser ya una prueba clásica es la que más gente aglutina y en una carrera muy pareja, la misma fue para Juan Pablo Romero, quien se tomó revancha del año pasado sobre Fufi Acosta y lo venció sobre la llegada misma en un embalaje memorable como la carrera en sí.
Una semana después, se corrió la Prueba Aniversario Club O’Higgins que consistió en una contra de 15 kilómetros el día sábado y una de fondo el día domingo; esta última fue la Doble La Arcillosa, en realidad extendida, ya que se buscó completar 100 kilómetros y en donde se buscó darle mucho rodaje a los chicos de Araucanía y en la cual participaron varios corredores de Río Gallegos, Ushuaia y dos representantes de Punta Arenas, y ya sin la presencia de Fufi Acosta, fue Juan Pablo Romero el que manejó la carrera a su antojo, el que más hizo por la prueba y quien se llevó la misma, aunque no la general de los dos días, ya que por escasos segundos el chico Cárdenas de Río Gallegos, quien había ganado y sorprendido en la contrarreloj del día anterior, pero en la prueba más importante, Romero fue la gran figura de la competencia.
Acosta mientras tanto, y al no haber tanta competencias en el orden local, siguió apostando por competir fuera de la provincia, sobre todo en las pruebas de campeonato argentinos donde éste año se dio el lujo de terminar en el podio.
Otra asociación, una nueva agrupación y bien equipos de ciclismo locales deben ayudar, acercarse a Barría para poder insertar más carreras, sobre todo si quieren que la misma no desaparezca y además para que más gente quiera invertir en rodados de esta modalidad, la cual por cierto no es nada barata, y menos para correr cuatro carreras al año…