Cómo detectar a una persona falsa

Hace un tiempo vi un programa de televisión que me enseñó algo hasta el día de hoy. Un hombre tenía un cuadro, pero no estaba seguro de si era original o falso. Si resultaba ser original, costaba millones de dólares. Me quedé prendido al televisor pensando: “¡Ojalá sea original! Quiero ver la cara de alegría del hombre cuando le digan que su cuadro es verdadero”.

El experto explicaba que, para investigar si un cuadro es original o no, lo colocan bajo rayos x. Si el cuadro es falso, las líneas que se ven son perfectas; mientras que, en los cuadros originales, se pueden observar líneas borradas, tachadas, mal hechas. A estos últimos se los conoce como “cuadros con arrepentimiento”.

Inmediatamente tuve una iluminación: cuando vemos a alguien perfecto, con una vida extraordinaria, en realidad, esa persona probablemente es falsa o “trucha”, como decimos en Argentina. Pero, cuando estamos frente a alguien que borró, tachó, se equivocó, ese ser humano es un original y su valor es incalculable.

¿Cómo reaccionar entonces frente a las personas falsas que tanto abundan por estos días? Sencillamente manteniéndonos alertas frente a ellas. Es importante tener en mente que, en términos psicológicos, se trata de una personalidad disfuncional. Y, si bien todos poseemos algún rasgo negativo que nos da vergüenza, debemos mantenernos alejados, en cuanto de nosotros dependa, de esta clase de gente.

Encontramos gente falsa en todos los ámbitos: en la familia, en el trabajo, en la política, en la religión, etc. Todos cometemos errores y lastimamos a otros, en algún momento. Lo importante es reconocerlo y, si es necesario, pedir perdón y reparar el daño, lo cual no nos convierte en débiles como muchos creen. Pero parecería que algunas personas viven para engañar y lastimar siempre a alguien. Porque, así como hay quienes nos nutren y nos hacen bien cuando están cerca, hay otros que nos enferman, pues solo procuran dañar a los demás.

Algunas personas falsas que muestran vidas perfectas, que en verdad no tienen, pueden incluso esconden rasgos de psicopatía. En general, no son agresivos porque se han adaptado a la sociedad y nos topamos con ellos a diario. Son personas de bajo perfil que se mueven con una máscara (no se muestran tal cual son) y, sobre todo, poseen un bajo nivel de empatía.

Esto último significa que no consideran a los demás, quienes para ellos son solo objetos a ser usados y luego descartados con el único fin de alcanzar sus objetivos. Por esa razón, acostumbran transgredir siempre las normas y son mentirosos. ¡Pueden mentir aun mirando a los ojos!

Como dijimos, frente a ellos, lo ideal es procurar el contacto cero. Si esto no es posible, hay que fijarles límites toda vez que sea necesario.

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