En la actualidad es alarmante el porcentaje de la población mundial con carencia de vitamina D. Debido a la falta de exposición a la luz solar en las áreas geográficas cercanas a los polos, es en estos lugares donde la situación es más grave. La falta de esta vitamina genera una variedad de trastornos en nuestro organismo, la mayoría de los cuales son poco conocidos por las personas.
El déficit de vitamina D puede afectar en diferentes niveles aspectos muy importantes de nuestra salud y se calcula que el 80% de la población mundial padece de la carencia de este nutriente. Esto se debe en parte a la falta de exposición a la luz solar en ciertas áreas geográficas, pero existe otro factor muy importante que se da en el resto de la población, aquellos que viven en áreas cálidas donde hay suficiente exposición solar y es el factor nutricional: una rica fuente de vitamina D son las grasas, que durante décadas han sido catalogadas erróneamente como perjudiciales y por lo tanto el hábito de evitar consumir grasas saludables nos ha conducido a esta situación de carencia de vitamina D. Ejemplos de alimentos grasos saludables ricos en vitamina D son los huevos, la manteca ecológica, los hongos secados al sol y los pescados azules. A pesar de que siempre se ha vinculado la importancia de esta vitamina con el metabolismo del calcio y la salud de los huesos, en realidad la vitamina D cumple muchas otras funciones importantes en la fisiología del cuerpo humano. A continuación voy a resumir los principales beneficios en el organismo de esta importante vitamina.
Salud de los huesos: la vitamina D ayuda a la absorción intestinal del calcio y la fijación del mismo en los huesos. Por eso es imprescindible para evitar la osteoporosis, y se recomienda tomar suplementos de vitamina D en personas de riesgo como mujeres posmenopáusicas, ancianos, personas que viven en latitudes cercanas a los polos del planeta. También es recomendable el uso de suplementos en personas que fueron operadas de la vesícula biliar. Los lactantes, recién nacidos y niños en la primera infancia también suelen recibir suplementos de vitamina D para prevenir problemas esqueléticos y también para el adecuado desarrollo pulmonar. En el mismo sentido es muy importante mantener adecuados niveles de vitamina D durante el embarazo, lo que tendrá impacto en el niño por nacer y en la calidad de la leche materna que ese recién nacido va a recibir.
Prevención del cáncer: se ha demostrado el rol de la vitamina D en la multiplicación de células tumorales, con lo cual una persona con un rango de por debajo de 30 ng/ml tiene mayor riesgo de padecer cáncer. Además se recomienda que las personas con antecedentes personales de cáncer o que estén cursando una enfermedad oncológica deberían mantener sus niveles de vitamina D cercanos a los 80 ng/ml, lo que se cree que impediría la multiplicación descontrolada de las células malignas.
Deportistas: Se ha demostrado que tener niveles adecuados de vitamina D reduce el riesgo de lesiones deportivas, tanto musculares, articulares y óseas. Además, en los casos de lesiones, la recuperación es mucho más rápida y óptima en los deportistas con niveles adecuados de vitamina D. Se recomienda que el uso de suplementación sea siempre supervisada por un médico ya que al aumentar la absorción del calcio puede provocar efectos no deseados como calcificaciones en ciertos tejidos: por lo general la vitamina D3 se debe recetar junto con vitamina K2 y magnesio. Incluso a veces se debe administrar la vitamina D3 junto con calcio.
Salud cardiovascular: la vitamina D influye en la tensión arterial, ya que en realidad la vitamina D funciona como una hormona más que como una vitamina. Una causa de la Hipertensión Arterial es el déficit de esta vitamina. Reduce los niveles de inflamación dentro de las arterias y también disminuye los niveles del LDL colesterol (“el colesterol malo”), de esta manera, mantener niveles óptimos de vitamina D disminuye el riesgo de muerte por causas cardiovasculares.
Inflamación global: la inflamación crónica en el organismo genera un cuadro de molestias generales, no tan elocuentes, pero que afectan nuestra salud y calidad de vida. Se manifiesta con lesiones de la piel, sobrepeso, obesidad, trastornos del sueño, dolores corporales o fatiga crónica. La vitamina D previene y puede revertir estos procesos inflamatorios globales. Los trabajos científicos realizados en el contexto de los infectados en la pandemia de covid 19 demostró que los casos más graves se asociaban a una respuesta inflamatoria descontrolada que afectaba al tejido pulmonar provocando insuficiencia respiratoria grave. Esta reacción inflamatoria desmedida se daba con mayor frecuencia en personas con bajos niveles de vitamina D.
Estimados lectores les recuerdo que las principales fuentes de vitamina D, para evitar todos estos trastornos son las siguientes: pescados (como el salmón, congrio, atún, caviar, arenques y sardinas), manteca, huevos, hongos secados al sol, aceite de hígado de bacalao y obviamente la exposición a la luz solar adecuada en horarios seguros.