Nicanor Quinteros vive en San Juan y le ofrece ayuda escolar a todos aquellos niños que quieran asistir. Su abuela Ramona, les brinda una taza de té y pan con dulce.
Se trata de “el Nico”, quien quería ayudar y comenzó a enseñar. El niño bautizó su iniciativa como la “Escuela Unidad y Patria” y tiene muchos alumnos que asisten sin ningún tipo de obligación, sólo para aprender y estudiar.
Todo lo que él aprende en su escuela de Pocito se lo enseña a sus amiguitos del barrio. “Decidí fundar una escuela porque vi a niños en la calle jugando”, contó el chico a Canal 8 de San Juan.
“Les enseño multiplicaciones, divisiones y jugamos. Son 30 chicos; primero van a la escuela y después vienen acá; se sientan en los bancos y a veces se sientan en el piso”, contó el niño.
La escuela de Nicanor se divide en grados, tiene pizarrones, libros de asistencia, una dirección, armarios, un botiquín de primeros auxilios y hasta una campana para llamar al recreo.
Por un reproductor casero, que tiene un micrófono y parlantes incorporados, como atados con alambre, los chicos de la Escuela Unidad y Patria entonan el himno. Una bandera –donada- flamea en cada acto, en aquellos momentos que son celebrados por los chicos en las fiestas patrias y cada día para darle la bienvenida a la jornada y arriarla en el ocaso.
“Estoy orgulloso”, dijo el pequeño de tan solo 12 años que brindó su entrevista con un cartel en su espalda que decía lo siguiente: “Los niños tienen derecho a tener una familia”.
Nico tarda 40 minutos en llegar a la escuela en bicicleta. “Ahora se me ha pinchado y casi me voy caminando, pero la hemos parchado”, contó; es que siempre se las ingenia, nunca falta. La abuela, Ramona, lo asegura mientras, llora de emoción. “Sólo le pido a Dios vida para pagarle los estudios”, dice mientras le brillan los ojos.