Concejales analizaron un proyecto para regular el uso veterinario de la Cannabis Medicinal

Se busca lograr un marco regulatorio para el acceso informado y seguro como recurso terapéutico, uso científico, investigación y autocultivo autorizado del cannabis y sus derivados con fines veterinarios.

RIO GRANDE.- Ayer, los concejales analizaron el proyecto para regular el uso veterinario de la Cannabis Medicinal, para lo cual recibieron en la sala de comisiones a la vicepresidenta de la Fundación Cannábica e Investigativa Terpenos del Sur, Marcela Parra, quien asistió acompañada por Raquel Costi y la Dra. Veterinaria Cintia Tortul.

El proyecto establece un marco regulatorio en el ámbito del Municipio de Río Grande para el acceso informado y seguro como recurso terapéutico, uso científico, investigación y autocultivo autorizado del cannabis y sus derivados con fines veterinarios, garantizando y promoviendo el cuidado integral de la salud de los animales no humanos.

Además, establece que el Municipio promoverá estudios e investigaciones veterinarias relacionadas con el uso del cannabis con fines terapéuticos, con el objeto de profundizar conocimientos y crear nuevos saberes sobre su uso.

El asunto propone crear el Registro municipal de dueños responsables, usuarios y usuarias de cannabis veterinario y establecer que los requisitos a solicitar por la autoridad de aplicación serán datos filiatorios del dueño responsable de la mascota, receta del médico veterinario, indicando patología o dolencia a tratar y todo otro dato complementario que la autoridad de aplicación entienda necesario.

Puntos principales

Marcela Parra, vicepresidenta de la Fundación Cannábica e Investigativa Terpenos del Sur, consideró “genial que se traten todos estos temas, entendiendo que se trata de salud, no solo de las personas sino también de los animales que es nuestro interés”.

Parra albergó la esperanza que “se llegue a buen fin y que haya aceites cromotografiados para darle a las mascotas, que realmente el Municipio apoye a las entidades que vamos a hacer investigación al respecto y que esto sea para bien de todos que es lo que buscamos”.

Señaló además que “lo más importante es la cromotografía y que el veterinario tenga una etiqueta en el frasquito del aceite dónde diga que cantidad de cannabinoides tiene para así poder dosificarlo bien y que realmente haga bien el producto”.

Señaló que “hace más de un año que venimos trabajando, primero con tres veterinarios y ahora son siete que nos consultan por los aceites y se lo recomiendan a los pacientes” y reveló que la Fundación surgió porque “no solo se necesita un marco regulatorio sino además una entidad que lo lleve a cabo con seriedad, hasta ahora todo fue boca a boca y queremos que se formalice”.

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