USHUAIA.- Los concejales Viviana Guglielmi (UCR), Silvio Bocchicchio (PSP), Luis Cárdenas (PAR) y la secretaria del Cuerpo, Noelia Butt, recibieron a 20 alumnos y ocho docentes de la escuela especial Kayú Chénén para conversar acerca de las actividades que desarrollan los chicos en los diferentes talleres.
La docente María Del Carmen Arias, representante de los proyectos de educación, agradeció la invitación y remarcó “son propuestas que aportan a la comunidad y que promueven los derechos de las personas”.
Los alumnos presentaron una carpeta de fotografías y explicaron a los ediles el proyecto Juego de Carpintero, donde trabajan en carpintería haciendo juegos que ayudan a desarrollar la motricidad fina. “Hacemos los juegos con máquinas, martillos, clavos y las chicas después lo pintan”, contaron los alumnos.
El proyecto participó en la Feria de Ciencias donde los juegos realizados en el taller, como los de encastre, enhebrado, dominó, estuvieron a la venta. “La gente colaboró mucho y con lo recaudado pudimos comprar más materiales para seguir produciendo”, dijeron.
Las alumnas más pequeñas participaron de un proyecto denominado SIN T.A.C.C, una propuesta que surgió “a partir de que Mariana, una niña celíaca, despertaba curiosidad en el resto de sus compañeras al ver que comía diferentes comidas que el resto”.
“Siempre los chicos nos preguntaban porqué Mari come diferente, de ahí sentimos la necesidad de explicarles la diferencia entre los alimentos, teniendo en cuenta que no todos pueden comer lo mismo”, expresó la docente.
La meta es que los chicos puedan reconocer el logo de los alimentos SIN T.A.C.C en sus muchas formas y colores. “Tuvimos la experiencia de ir a los supermercados a comprar para hacer el desayuno y a manera de detectives buscamos aquellos alimentos permitidos para personas celíacas”, relató la docente.
Los estudiantes más grandes de la institución trabajaron en el proyecto denominado “¿Las nuevas tecnologías ayudan a la comunicación?”, en donde se buscó encontrar la manera de poder transmitir un mismo mensaje para las personas sordas.
El proyecto nació ante una visita al Museo Del Fin del Mundo donde detectaron que las personas que padecen esta enfermedad no podían acceder a la información. “Lo que hicimos fue elegir la historia del Tren del Fin del Mundo y la del Petiso Orejudo y con la ayuda de un guía poder interpretarla mediante señas”, señaló Walter, alumno de la institución.