El Tribunal de Juicio Oral condenó a la pena de prisión perpetua a los dos primos Diego y Ramón Kubitz como co autores del homicidio “criminis causa” contra su joven primo, en enero pasado. Los jueces entendieron que el crimen fue cometido para ocultar el robo que perpetraron al joven. La madre de la víctima agradeció sumamente emocionada al fiscal y los policías que participaron de la investigación que esclareció el crimen a partir de detalladas pericias.
RIO GRANDE – El Tribunal de Juicio, presidido por el Dr. Juan José Varela, secundado de los Dres. Pablo Duarte y Andrés Leonelli; condenó a los primos Diego y Ramón Kubitz a la pena de prisión perpetua por el homicidio de Gerardo Vélez el 5 de enero de este año, considerándolos como co autores del delito de “homicidio agravado”, “robo” e “incendio doloso”, todos en concurso real.
Con esto el tribunal entiende que ambos sujetos mataron al joven misionero a fin de ocultar el robo de sus ahorros, previéndose la lectura de los fundamentos el próximo martes 24 de noviembre.
Tras la lectura del fallo, la madre de la víctima, Graciela González, lloró desconsoladamente recordando a su hijo y agradeció su labor al fiscal Jorge López Oribe y al personal policial que trabajó en la investigación del caso, y que estuvo presente en la sala para la lectura del veredicto.
El “consuelo” de una condena
La mujer de 60 años llegó desde Misiones para declarar y presenciar respetuosamente todo el desarrollo del juicio, ante los asesinos de su hijo de sólo 19 años.
Luego de haber llorado en gran parte de las audiencias, la sentencia fue un desahogo y estalló en lágrimas de emoción y agradecimiento.
Graciela González, tras sobrellevar todo el proceso oral y público manifestó, “quiero dar gracias a la Justicia de los hombres, estoy muy conforme esto era lo que esperaba por fin mi hijo va a descansar en paz”.
“Nadie le va a devolver la vida a mi hijo pero estoy muy conforme que estos sujetos se pudran en la cárcel, estoy muy agradecida”, reiteró.
Sobre la postura de los imputados a lo largo del juicio, opinó, “ellos solo declararon, Ramón se enterró solo pidiéndome disculpas, después dijeron que no sabían por qué le echaban las culpas, pero se les cayó la careta después. Ramón temblaba porque sabía lo que se le venía, seguramente porque él sabe que es el asesino intelectual de mi hijo”, dijo en referencia a uno de los imputados.
“Por fin mi hijo va a descansar en paz, me saqué todas las dudas que tuve, nunca conocía a nadie acá, agradecer a todos desde los jueces, el fiscal, los policías y los medios que acompañaron esta causa y este juicio”, concluyó antes de su regreso a Misiones, donde espera reencontrarse con la tumba de su hijo.