Investigadores de Bahía Lomas, una de las áreas de conservación más importantes del hemisferio sur, destacan la necesidad de prevenir riesgos para proteger a los más de 60 mil individuos que anualmente migran o residen en el lugar ubicado en el sector chileno de la isla de Tierra del Fuego.
RÍO GRANDE.- Un enorme restaurante de 59 mil hectáreas de superficie es la metáfora con la que sus investigadores describen Bahía Lomas, un humedal marino costero ubicado en la boca oriental del Estrecho de Magallanes, al norte de la Tierra del Fuego chilena.
Gran parte de los comensales de este particular restaurante son aves playeras, entre las que destaca el playero ártico (Calidris canutus rufa ), especie que cada año viaja 16 mil km entre el Polo Norte y Bahía Lomas para pasar el invierno boreal y alimentarse.
Ahí comparte mesa principalmente con zarapitos de pico recto, playeros de lomo blanco, chorlos de Magallanes, pilpilenes australes y chorlos de doble collar.
Bahía Lomas tiene la variación mareal más amplia de la costa chilena. Durante el día, la marea baja más de 7 kilómetros, dejando al descubierto una vasta planicie donde abundan numerosas especies de gusanos marinos, pequeñas almejas, choritos y otras criaturas que conforman el menú de las aves. Pero sobre este privilegiado ecosistema se ciernen varias amenazas.
«La principal es la contaminación por hidrocarburos provenientes de derrames en las plataformas de extracción activas e inactivas, oleoductos ubicados en la bahía y pozos o ductos cercanos. A eso se suman el tráfico naviero por el Estrecho y posibles derrames en los esteros y el río que desemboca en la bahía por accidentes de camiones que transportan petróleo. Es una bomba de tiempo en términos de hidrocarburos», advierte Carmen Espoz, decana de la Facultad de Ciencias de la Universidad Santo Tomás y directora del Centro de Investigación Bahía Lomas, perteneciente a esa casa de estudios.
Potencial extinción
Por sus características, Bahía Lomas en uno de los humedales más importantes para aves playeras en el hemisferio sur. Esto le valió ser designado sitio Ramsar en 2004 y sitio de Importancia Hemisférica por la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras, RHRAP, en 2009. Y este año fue incluido por el Ministerio del Medio Ambiente (MMA) dentro de los 40 sitios que entrarán al Plan Nacional de Protección de Humedales, para lo que se está solicitando darle categoría de Santuario de la Naturaleza.
El temor de un derrame en la bahía o sus alrededores es extendido entre los especialistas chilenos y extranjeros que la semana pasada participaron en el taller «Ecología, Conservación y Manejo de Hábitat de Aves Playeras», realizado en Punta Arenas por el Centro Bahía Lomas, la ONG Manomet, de ciencias de la conservación (EE.UU.), la RHRAP y el Centro de Rehabilitación de Aves Leñadura.
«El petróleo puede mantenerse por largo tiempo -como se ha visto tras derrames en Alaska y el Golfo de México- y si impacta la zona intermareal puede contaminar a toda la comunidad de invertebrados con que se alimentan las aves migratorias y residentes, las que podrían ingerirlos o morir de hambre», dice Brad Winn, director de Manejo de Hábitat de Aves Playeras de Manomet.
Diego Luna, especialista en Conservación de la RHRAP agrega que «cualquier accidente o emergencia ambiental que involucre derrame de hidrocarburos en el área durante la temporada de invernada (verano austral) del playero ártico, podría empujar a esta especie a la extinción». 55% de la población de esta especie en peligro -unos 13 mil individuos- migran cada año hasta ahí para alimentarse y descansar entre octubre y febrero.
En ese sentido, indica Espoz, «la Empresa Nacional de Petróleo (ENAP) es un actor clave en el proceso de conservación de Bahía Lomas, dado que posee diversas operaciones en el área, tanto marítimas como terrestres».
Consultada al respecto, Enap declaró a través de un comunicado que han contribuido y realizado diversas actividades relacionadas con la conservación del humedal. Entre ellas, «una vez que el humedal se declaró sitio Ramsar en 2004, se decidió dejar fuera de servicio varios oleoductos cercanos a la desembocadura del río ubicado en sus cercanías» y se cambió el sistema de traslado de productos por transporte en camiones. Agregan que mensualmente realizan inspecciones visuales por vía aérea y tienen un plan a largo plazo «para el adecuado manejo y cierre futuro de pozos en las plataformas no productivas», junto con realizar «simulacros de posibles contingencias de hidrocarburos en conjunto con la Armada», el último de los cuales se efectuó en marzo.
Para Espoz, sin embargo, lo esencial son «programas de seguridad efectivos y medidas preventivas que incluyan la inspección y mantención regular de instalaciones que datan de los años 70».