BAGSHOT (AFP).- Santiago Cordero, el joven wing de 21 años de Los Pumas, afirma sentir vergüenza por los elogios que está recibiendo en este Mundial de rugby. El público argentino coreó su nombre en varios partidos. Hace pocos meses no tenía chances de estar, pero una lesión de Manuel Montero le abrió las puertas.
Iba a jugar con el seleccionado de Seven en los Juegos Panamericanos de Toronto, pero la lesión en la rodilla de Montero le permitió agarrar el último tren al Mundial. Fue convocado para el Rugby Championship y ya no dejó el plantel ni el puesto de titular.
“Me sorprenden las cosas que se dicen sobre mí. No tenía ni siquiera chances de estar acá. Luego todo fue jugar y hacerlo lo mejor posible”, afirma el joven jugador.
Cuando Argentina jugó por primera vez una semifinal de un Mundial, en 2007, Cordero solo tenía trece años y su pasión por el rugby todavía no era grande.
“Estaba arrancando a jugar al rugby. Venía del fútbol, de otras cosas. Mucho no me acuerdo. Estaba arrancando y muy fanático no era, pero me enteré, empecé a ver los partidos y me tocó seguir el partido de semifinales contra Sudáfrica con mi familia”, señala.
“Después de eso me acuerdo de comprarme el video y me lo sé de memoria. Del Mundial mucho no me acuerdo, me salva mucho esta película que la tengo guardada”, añade.
Cordero se acuerda un poco de la semifinal de 2007 contra Sudáfrica. Ahora le tocará a él jugar una contra Australia el domingo en Twickenham.
La raquítica victoria de Australia contra Escocia (35-34) en cuartos de final hace que Cordero crea que los Wallabies son batibles.
“Son mortales. Se les puede ganar con esfuerzo y dedicación. Si hacemos las cosas bien podemos ganarles”, afirma.