Con todos los peritajes ya en trámite el juez de la causa por el crimen de Adrián Garelli ahora apunta a que en sede judicial los jóvenes aporten dichos esclarecedores, ratificando lo que ya declararan en sede policial. López provocó a sus acompañantes con su arma de fuego y eso desató la pelea que terminó en desastre.
RIO GRANDE.- El juzgado de turno, a cargo del Dr. Daniel Cesari, continúa con la instrucción del caso por el homicidio del pasado sábado por la madrugada en que fue asesinado de dos tiros al pecho Adrián Garelli, de 26 años.
Ayer se sumó un nuevo resultado pericial, con la examinación psiquiátrica forense del imputado Walter López, la cual concluyó que estaba en uso de sus facultades al momento del homicidio, a pesar de una ingesta alcohólica mínima (0,9 g/l) y un examen toxicológico positivo en cocaína, aunque en un índice inferior.
Mientras se resuelven otros peritajes, el juez centra sus expectativas en las testimoniales que en las próximas horas permitirán clarificar el panorama y la hipótesis fiscal.
Estas son las testimoniales del joven César Samuel Pereyra de 26 años, a quien López disparó en cuatro oportunidades; a la hermana de Pereyra y al novio de la misma; que son los tres jóvenes que completaban el grupo junto a víctima y victimario.
Una provocación que terminó en desastre
Todos se encontraron fuera del boliche Doop donde las cámaras de seguridad muestran a López con una campera que luego fue encontrada en poder de la única chica del grupo, ya que se la pasó en el camino ante el frío que sentía la misma.
Este es un elemento objetivo más que sitúa a López en la escena del crimen.
En ese trayecto de unos pocos minutos hasta la esquina de Vucasovic e Ibarra; según los testimonios de los jóvenes, López habría comenzado a exhibir el arma de fuego, a partir de que la joven le pidió fuego para encender un cigarrillo.
Al sacar el encendedor habría dejado al descubierto el arma, sobre la cual comenzó a presumir a sus acompañantes, jactándose incluso de haber estado en la Unidad de Detención 1. Cabe recordar que López estuvo detenido varios meses en relación a otro hecho policial el año pasado.
Allí los testigos refieren que comenzó con provocaciones, en alusión al arma y su pasado como convicto, incluso llegando a proferir amenazas y amagar en varias oportunidades a sacar la pistola.
Fue así que en la esquina de la fatal resolución Garelli finalmente le propinó un golpe de puño a López, tras lo cual César Pereyra se abalanzó sobre el imputado quien corriendo hacia atrás sacó el arma y efectuó cuatro disparos sin lograr acertarle.
Allí todos retrocedieron, salvo Garelli, quien al enfrentarlo recibió los dos certeros disparos que acabaron con su vida.
Pereyra volvió sobre López al caérsele el arma de fuego y allí se produjo una nueva pelea que terminó con López escapando, mientras la pareja le comunicó a Pereyra que “había matado a Garelli”.
El juez y las partes que tienen estos episodios reconstruidos en base a la testimonial de los tres testigos en sede policial, ahora aguardan aclarar diversos aspectos de este episodio con sus declaraciones ya en sede judicial, que es lo realmente relevante para el expediente.