La Comunidad Yagán Bahía Mejillones de Chile celebró un año más de la mujer más querida de Villa Ukika, testimonio vivo de la cultura milenaria más austral del mundo. Cristina Calderón, la última hablante nativa del pueblo yagán cumplió un año más de vida.
PUERTO WILLIAMS.- Cristina Calderón, la última hablante nativa del pueblo yagán cumplió un año más de vida. Sus aniversarios son siempre motivo de festejo y alegría, porque con la “abuela Cristina”, amenaza con desaparecer una parte importante de la cultura del pueblo yagán.
Ayer, la comunidad yagán Bahía Mejillones a la que pertenece, le dedicó un cálido saludo en su lengua materna:
“Apa sá Moarako! Kunta sean tuwaxkeáta? Hoy es un día especial, un día de danza y celebración, Watauieiwa le da un año más de vida a nuestra queridísima Kuluana Cristina Calderón Harban, un año más donde nos transmite su conocimiento y sus historias”.
“Agradecemos a nuestros ancestros por darle la vitalidad y fuerzas para continuar con este gran legado, que es seguir con nuestra cultura viva. Sus saberes los traspasa día a día, a nuestros jóvenes y niños. Felices 93 años Kuluana Cristina!
Tras la muerte de su hermana Úrsula, el gobierno chileno reconoció en 2009 a Cristina como un “Tesoro humano vivo”, destacando su labor como depositaria y difusora de la lengua y tradiciones de su pueblo. Dedicada hoy a la confección de artesanías, la abuela Cristina logró traspasar a una de sus nietas y una sobrina parte del idioma yagán, un lenguaje no escrito y melódico, en claro riesgo de extinción.
Su historia
Cristina nació en 1928 en la isla Navarino, donde junto a su familia, vivía apegada a la cultura yagana de sus ancestros, manteniendo sus costumbres y creencias. Los yaganes habitaron el continente hace unos 6 mil años, navegando entre los tormentosos canales del extremo sur, cubiertos de grasa y pieles de lobo marino para abrigarse de las bajas temperaturas. Además, eran fabricantes de canastos de junco, técnica que hoy todavía se mantiene, tejiendo sin usar ningún instrumento en su confección. Con la llegada de los europeos la cultura comenzó a decaer y mezclarse con la del viejo continente.
Si bien Cristina no vive exactamente igual que sus ancestros esperando en el frío, cuando niña su familia seguía hablando en el lenguaje nativo y manteniendo ciertas tradiciones.
Cristina aprendió a hablar español a los 9 años, y a la vez conservó el idioma yagán, compuesto por 32.400 vocablos.
Madre de 9 hijos y abuela de 14 nietos, Cristina no le enseñó a hablar a ninguno de sus descendientes, pues los niños no querían aprenderlo por discriminación, lo que contribuyó aún más a la pérdida de la cultura yagán.
En 2009 fue declarada “Tesoro Humano Vivo”, al ser la depositaria y difusora de las lenguas y tradiciones del pueblo yagán. Este reconocimiento fue entregado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile, en el marco de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Inmaterial, de la Unesco de 2003.
Su legado
Junto a su nieta, Cristina Zárraga, creó un diccionario yagán-español, acompañado de imágenes de animales y un cd donde se escucha a la abuela repitiendo en yagán palabras como viento, perro o alma. Además, juntas editaron un libro de leyendas e historias originarias llamado “Hai Kur Mamašu Shis” (“Quiero Contarte un Cuento”).
Su nieta Cristina Zárraga, también publicó el libro “Cristina Calderón, Memorias de mi Abuela Yagán”, en donde hay más detalles de las memorias de la abuela yagán.
“Es la única que habla el yagán fluidamente y lleva los recuerdos aún vivos en su memoria. Mi abuela perteneció a la generación que registró el etnólogo Martín Gusinde. Una generación que aún sostenía los conocimientos ancestrales traspasados oralmente entre los yámana (como se autodenominan los yaganes), y que aún disfrutaba de las libertades de antaño, como por ejemplo, navegar libremente por los canales australes y establecerse en todo el territorio que en ese entonces le era comprendido”, comentó sobre su abuela Cristina Zárraga, en una entrevista.
Nos comunican que Cristina Calderon acaba de fallecer
Felicito al periódico por difundir tan grata noticia referente a la cultura originaria. Sería bueno conocer la editorial de los libros mencionados.