Cuando los hijos son el «caballito de batalla» de los padres

Se trata de un conjunto de síntomas que se produce en los hijos cuando un progenitor transforma la conciencia de los niños con objeto de impedir, obstaculizar o destruir sus vínculos con el otro progenitor. Profesionales y especialistas en salud mental lo califican como una forma de maltrato infantil.
RIO GRANDE.- El Síndrome de Alienación Parental (SAP) es un conjunto de síntomas que se produce en los hijos cuando un progenitor, mediante distintas estrategias, transforma la conciencia de los niños con objeto de impedir, obstaculizar o destruir sus vínculos con el otro progenitor. Así lo explican los profesionales y especialistas en salud mental, quienes observan además que en los últimos años, sobre todo en la ciudad de Río Grande, aumentaron los casos de padres separados o divorciados, que hacen que este síndrome afecte directamente al pequeño, y lo califican como una forma de maltrato infantil.

El Sureño dialogó con el licenciado en Psicología e integrante del equipo de profesionales de ‘Mente Sana’, Roberto Ruiz Díaz, para conocer un poco más acerca de este Síndrome y el trabajo que realizan con los pequeños y los progenitores. Sobre todo, cómo afecta en el niño estas situaciones que son provocadas por los más grandes; teniendo en cuenta que «cuando hay una separación de los padres, muchas veces los niños quedan en el medio de la discusión» sostiene el psicólogo.

Ruiz Díaz explicó que «el Síndrome de Alienación Parental tiene varias características, cuando hay algún tipo de conflicto donde los padres no pueden mediar de manera pacífica se produce una ruptura en el vínculo y se da la situación por el cual hacen una alienación, es decir una separación, generalmente es la madre lo que lo provoca, pero también se dan casos de padres que provocan esta situación. Pero generalmente es la madre, porque es la que se queda con la tenencia del niño, y de esta forma hace que el pequeño se ponga en contra del progenitor».

Es así, que «la madre instala un discurso en la subjetividad del niño en el cual él lo ve como algo posible, por ejemplo: el padre lo llama por teléfono y la madre no le da el teléfono al niño y le dice que el padre no lo llama, el padre hace los aportes económicos y la madre le dice que le falta ropa porque el papá no le pasa plata, es decir, la madre se encarga todo el tiempo de crear una figura negativa del padre para el niño» ejemplificó el Licenciado; agregando que «llega un momento en que el niño se desvincula totalmente del padre, se rompe ese lazo e indudablemente después cuesta mucho volver a recomponer esa relación».

El profesional confió que «hay muchos casos en Río Grande, se da mucho en nuestra sociedad, si bien habría que hacer un buen estudio para saber las causas, pero hay muchas familias ensambladas, hay muchas separaciones en malos términos donde no se llega a un acuerdo, y la mayoría de los casos es por cuestiones económicas».

Consultado sobre cómo afecta el SAP a los pequeños, Ruiz Díaz sostuvo que “en los niños se empiezan a notar una serie de síntomas, por ejemplo: empieza a sentir angustia y culpa, lo cual es muy importante detectar porque la culpa hace que el niño comience a tener otros síntomas como aislarse socialmente, tener problemas en el colegio, se ponen desafiantes con los maestros o con otras figuras de autoridad, porque lo ve como algo extraño» detalló.

En tanto, añadió que «las madres alienantes tienen las características de ser muy obsesivas, es todo el tiempo recalcando la ausencia del padre, y de esta forma el niño se frustra». El licenciado insistió en que «hablamos de la madre como ejemplo, porque generalmente es la madre quien se queda con la tenencia del pequeño cuando hay una separación o un divorcio».

En este sentido, Ruiz Díaz, agregó que «otro de los trastornos que puede llegar a sufrir el niño es ansiedad, se pone molesto e irritable, hay cambios en su personalidad propio de que ahora tiene un ‘enemigo’, el mismo que tiene que madre y que es el padre» es decir «hasta ese punto puede llegar a influenciar la madre en la cabeza del pequeño».

El profesional aclaró que «no todos los casos son iguales, ya que hay padres que entran en razón y pueden llegar a crear un vínculo más saludable con los niños».

De esta forma, el profesional enumeró algunos de los síntomas: «trastornos de ansiedad: respiración acelerada, enrojecimiento de la piel, sudoración, elevación del tono de voz, temblores y desbordamiento emocional son algunos de los síntomas del estrés que, algunos niños, manifiestan en el momento de las visitas con el progenitor rechazado», además se puede llegar a producir «trastornos en el sueño y en la alimentación, como pesadillas, problemas para conciliar o mantener el sueño y trastornos alimenticios derivados de la situación que viven y no saben afrontar son otros de los efectos que este síndrome puede causar en los niños».

Por último, respecto a la metodología de trabajo con el niño y los progenitores, el especialista explicó que “por lo general se trabaja con un equipo de profesionales, como psicólogos y trabajadores sociales, la idea es que todo el equipo intervenga en su quehacer profesional, se hacen visitas a los padres, se hacen terapias individuales, se realizan informes y se elevan también a la Justicia, cuando el caso está judicializado”.

Remarcó que «todo lo que le sucede al niño cuando existe una alienación parental es un tipo de maltrato infantil».

En tanto, agregó que «con el niño se trabaja a través del juego, del dibujo, se habla con el, y se realiza un diagnóstico, para luego darle una devolución a los padres».