“Cuando un niño lee, le gusta y comprende; puede empezar a crear su propia historia”

En “Las Golondrinas”, niños y padres aprenden a amar los libros y los beneficios de compartirlos.

 

 

Romina Acuña es licenciada en Letras y apasionada por los libros. Al volver a su ciudad, a ejercer su carrera, y como madre primeriza, encontró en la literatura mucho más que una ocupación. Junto a otras colegas lleva adelante el Taller Literario Las Golondrinas, como un espacio para la difusión de la lectura, los juegos con la palabra y la comunicación dentro de la familia.

 

 

 

RIO GRANDE.- Cuando Romina regresó a su Río Grande natal, tenía un título universitario y muchas ganas de leer todos los libros del mundo. Hace un año y medio, cuando nació su hija, la pasión por la lectura se transformó en una oportunidad. Hoy, en el espacio “Las Golondrinas”, lleva adelante un taller literario con varios grupos de niños y sus padres. El objetivo es aportar a los más pequeños un espacio para el contacto con los libros, la lectura y la creatividad.

“En realidad era una idea que siempre había tenido, porque en Buenos Aires yo trabajaba haciendo talleres literarios para adultos… aunque no tanto enfocado a niños. Y de repente dije ‘por qué no’”, recordó Romina.

En febrero armó la idea, publicó un anuncio en las redes sociales, y se preparó para empezar a trabajar con un grupo reducido de niños. En ese momento Romina, además, daba clases en colegios secundarios pero al poco tiempo cambió las horas cátedra por horas madre: “Me aboqué a estar un poco más en casa. Ahora trabajo solamente a la noche en una institución educativa. Y estoy en casa para compartir con mi hija estos años, que son irrecuperables”, comentó.

El taller literario comenzó con un grupo y el boca a boca hizo el resto: “cuando me di cuenta tenía grupos todos los días, de lunes a sábados -contó Romina- con niños de 1 a 10 años”, recordó. Además los lunes en la biblioteca es para los adultos. Son grupos de hasta 6 niños, y los más chiquitos vienen con sus familias”. Además los lunes de 16:00 a 17:00 también hay un taller de escritura creativa para jóvenes y adultos, en la Biblioteca Popular Infanto Juvenil que está sobre calle Pioneros Fueguinos al 800.

 

 

Leer y dejar leer

Con los más pequeños en el taller trabajan mucho la estimulación sensorial a través del lenguaje oral. Los papás asisten con los niños y comparten las actividades con ellos. El lugar es la sala de la casa de Romina: “Está bueno, porque tiene esa cuota de hogar, que es lo que yo trato de recuperar: la lectura en familia. Porque si yo quiero que mi hijo sea lector, primero me tengo que replantear y reflexionar si yo estoy leyendo”, explicó la docente.

Y agregó: “Con los niños que tienen dificultad en lo que es lectura y escritura, solemos tener clases privadas, y qué pregunto ¿vos le estás leyendo? Porque es increíble, pero cuando los padres comienzan a leerle al niño, y se hace un hábito dentro de la casa, el niño mejora”.

En el taller, los grupos a partir de los 5 años son con edades combinadas, para favorecer la interacción y el aprendizaje en grupo, también el juego ocupa un lugar primordial: “Tenemos muchos juegos pero también inventamos con ellos para incentivar la creatividad. Y también trato de traer libros de editoriales que por ahí no están dentro de lo que es el mercado de librerías acá… porque muchas veces tenemos cantidad de libros muy comerciales y hay editoriales pequeñas que traen propuestas nuevas para los niños”, recalcó Romina

“Muchas veces les ofrecemos a los chicos un tipo de libros. Y hay muchísimos: libros álbum, libros pop ups, acordeón, libros cantados, libros de investigación. Porque la lectura no sólo tiene que ser ficción, a qué niño no le gusta un buen libro sobre el espacio, o ahora que estuvo la muestra de dinosaurios, un libro sobre dinosaurios… tengo un niño, que habla con dificultad, pero puede decir los nombres de los dinosaurios que son larguísimos, entonces algo en el lenguaje que le estoy ofreciendo está fallando, pero a través de los dinosaurios yo puedo hacer un montón de cosas. Me pasó que un nene de cinco años quería leerle un cuento a una nena más chica y me dice, ‘yo no sé leer pero se lo puedo contar’, y se puso a describírselo de una forma tan hermosa, es muy importante la lectura entre ellos inclusive”, relató la licenciada.

Romina insiste en que, para que los libros formen parte de la vida de los niños, es importante que se los presenten lo antes posible: “Yo siempre insisto, en cómo compro libros para mis hijos ¿Hice una prelectura antes, o lo llevé conmigo a la librería para ver cómo se comporta, qué eligen ellos? Los padres hoy estamos tan conectados con la tecnología, y tan desconectados de la realidad, que no observamos a nuestros hijos. Y en este sentido, el primer ejercicio es ir a una librería y observar qué hace el niño en una librería”, indicó.

En su experiencia Romina asegura que no es necesario mucho tiempo para leer: “Pero sí, la diferencia se hace en elegir el momento. Con mi hija no leemos antes de dormir, leemos a la mañana. Y para mí fue todo un descubrimiento, porque ella se levanta, y va a la biblioteca a buscar su librito, y leemos 15 o 20 minutos no más. Y también otra clave es que el libro esté al alcance de los niños. No puedo tener la biblioteca a una altura donde los niños no pueden agarrar y manipular e investigar los libros”, aconsejó la mujer.

Y concluyó: “Cuando vos comenzás el proceso con un niño, el objetivo es que le guste, después que comprenda, y una vez que le gusta y comprende, puede empezar a crear su propia historia”.