Te invito a considerar los cuatro errores más comunes que comete la gente cuando termina una relación afectiva:
Triangular
Consiste en poner a los hijos en el medio. Los adultos deben tener en claro que, si bien ellos perdieron el ideal, el proyecto de pareja, nunca perderán la paternidad. Muchas veces los chicos se convierten en un botín de guerra y quedan en el medio. “¿Vos me querés más a mí o a tu mamá/tu papá?”, preguntan algunos padres y los hijos sufren. La paternidad es nuestra mejor creación y es para siempre. Los menores nunca tienen que estar en el medio. La pareja conyugal se quebró, no funcionó, pero la función de mamá y papá sigue funcionando. Entonces, por amor a ellos, ambos padres tienen la obligación de conversar y ponerse de acuerdo para poder criar a sus hijos, aunque ya no estén juntos, y transmitirles el amor que tanto necesitan.
Presionar
Algunas personas, cuando hay una separación (sobre todo cuando no fue su decisión separarse), siguen contactando al ex y llaman, mandan mensajes, insisten. En una pareja quebrada la presión de una de las partes solo hace que el otro se aleje más, que confirme el malestar, el control y el deseo de cosificar. Esa ansiedad volcada en la presión produce que el vínculo se termine de romper sin posibilidad de rearmarse. Todos tenemos libertad y cada uno elige estar con el otro o no. Es fundamental respetar la decisión de la persona, aunque no se comparta, lo cual es una manera de demostrar que uno está creciendo emocionalmente.
Culpar a otros
“La culpa es de tu amiga, de tu amigo”…cuántas personas se separan y, por la herida narcisista que sufren, le terminan echando la culpa a los demás. Tanto a conocidos como desconocidos. Aun con gente con la que jamás hablaron en su vida, pero suponen que ellos “le metieron a su expareja algo en la cabeza”. Esa es la herida del ego que no puede aceptar que tal vez se equivocó y no fue capaz de mantener un vínculo sano. Culpar a otro es una actitud infantil para no asumir la propia responsabilidad. Mientras se proyecten las culpas y no se asuma la propia responsabilidad, será muy difícil reconstruir la pareja o transformar esa crisis en crecimiento.
Volver a formar pareja rápidamente
“Un clavo saca otro clavo”, reza el dicho, pero esto no es así. Cuando uno forma pareja rápidamente después de separarse, o en medio de la crisis, es probable que no se brinde a sí mismo el tiempo para elaborar la pérdida. Cuando se produce una separación, ambas partes deben hacer el duelo por el ideal perdido. Hay que saldar la relación y quedar “mano a mano”, como dice el tango. Es decir: “Vos me diste cosas lindas que quedaron en mí; y cosas feas que decido olvidar. Y yo hice lo mismo con vos”. No hay que ni divinizar ni satanizar a una expareja para poder cerrar y transformar ese dolor en una oportunidad para avanzar.
Todos cometemos errores y deberíamos aprender de ellos, corregirlos y seguir construyendo hacia adelante.
Acerca de Bernardo Stamateas
Nacido en el barrio porteño de Floresta y de ascendencia griega, Bernardo Stamateas tiene habilidad para el ajedrez, el clarinete y el saxofón. Luego de cursar la secundaria en los colegios Larroque y Mariano Moreno, estudió Licenciatura en Psicología en la Universidad Kennedy. Es Sexólogo Clínico. Hace dos años que es Doctor en Psicología, recibido en la Universidad del Salvador, Buenos Aires.
Es Pastor de la Iglesia Bautista Ministerio Presencia de Dios, en el barrio de Caballito, Ciudad de Buenos Aires. Destacado escritor y conferencista a nivel nacional e internacional, recorrió seis veces el territorio argentino gracias a sus conferencias. Sus libros hoy son leídos por todos los sectores de la sociedad. Varias de sus obras se convirtieron rápidamente en best sellers del mercado argentino. Visitó todo el territorio argentino brindando asesoramiento y capacitación, como cientos de charlas abiertas al público en general en las ciudades más importantes de nuestro país. Su nombre es referencia obligada a la hora de hablar de liderazgo y superación personal.