Pese a que son un derecho menos del 5% los recibe. Están destinados a prevenir y aliviar el sufrimiento corporal y espiritual de personas con enfermedades crónicas avanzadas.
RÍO GRANDE.- Los cuidados paliativos no sólo son una necesidad, sino que son un derecho al que en Argentina acceden menos del 10% de las personas con cáncer y apenas el 4,7% si se toma en cuenta a todos los que viven con patologías que requerirían este tipo de atención orientada a la prevención y el alivio del sufrimiento corporal y espiritual.
Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a nivel global unas 40 millones de personas tendrían necesidades paliativas. Si se lo extrapola a la Argentina, serían unas 600.000 al año, entre quienes poco más de 50.000 (es decir, 1 de 12) viven con cáncer, de acuerdo a cálculos del Instituto Nacional del Cáncer, que depende de la Secretaría de Salud. En el mundo, sólo el 14% de los que la necesitan accede a atención paliativa. En Argentina, menos.
En el marco del Día Mundial de los Cuidados Paliativos -que se conmemora el segundo sábado de octubre-, Nicolás Dawidowicz, coordinador del Programa Nacional de Cuidados Paliativos (PNCP) del INC, enfatizó la importancia de “facilitar el acceso a estos servicios a partir de empoderar a la sociedad en solicitar y exigir adecuado tratamiento del dolor, que estamos obligados a facilitar por ley dentro del Plan Médico Obligatorio y dentro de los servicios de salud”. Y afirmó que “el dolor no tratado es tortura”.
Minatel, que es directora ejecutiva de la Asociación Argentina de Medicina y Cuidados Paliativos (AAM y CP) explica que la atención paliativa “es un modelo asistencial que trabaja con pacientes con enfermedades crónicas avanzadas y sus familias, en los que se evalúa todo lo que tiene que ver con síntomas físicos, psicológicos, sociales y espirituales, lo que permite definir el tratamiento más adecuado para mejorar la calidad de vida durante el transcurso de la enfermedad”.
Si bien en sus orígenes los cuidados paliativos fueron concebidos para pacientes terminales o personas que estaban transitando sus últimos días de vida y eran asociados al tratamiento del dolor por cáncer, en la actualidad ese universo se amplió. “Ahora se habla de enfermedades crónicas que incluye a muchas otras patologías como neurológicas, reumatológicas, insuficiencias renales avanzadas y muchas más, así como la fragilidad misma del anciano”, dice Minatel y añade que “son pacientes que viven más, con una calidad de vida muy deteriorada”.
En el mundo, la cantidad de personas que requieren este tipo de cuidados está en constante ascenso por el aumento de la carga de enfermedades crónicas no transmisibles (cardiovasculares, cáncer, diabetes, entre otras), de la esperanza de vida y el trauma, afirmó también en el marco de un taller realizado en el INC sobre temas controversiales en cuidados paliativos Maureen Birmingham, representante de Organización Panamericana de la Salud (OPS) en Argentina.